Coliseo en el santuario

El santuario, posiblemente era mala idea que viniera a pararme por aquí pero no podía evitarlo, hace algunos años este también era un "hogar" para mi, de lejos podía sentir una presencia muy conocida, mi querido hermano había regresado.

Continue caminando por los alrededores, pateando algunas piedrecillas frente a mi, sin duda el coliseo era grande, me parecía aun escuchar las batallas a las que se sometian los aprendices años atras.

entro al coliseo en mis multiuplez andanzas por el santuario despues de todo no puedo evitar ser un gato recorriendo su territorio cuando lo veo, mi ceja se levanta al verlo, me acerco con cautela


--¡Que haces aqui Kanon?--

le hablo con una voz firme mientras me dirijo hacia donde se encuentra

Escucho mi nombre pero continuo absorto en mis pensamientos, cierro y abro los ojos con una sonrisa socarrona acompañando a mis labios, lo miro por el rabillo del ojo y me limito a responderle de la manera más calmada.

- Aioria- Exclamo su nombre, al tiempo que volteo para verlo.

- Lo mismo podría preguntarte, pero supongo yo soy aquí el intruso-Comence a caminar dandole la espalda y tomando asiento en una de las gradas de abajo. -Decidí venir a visitarlos, que generoso soy ¿no te parece?- Apoyó una de mis manos sobre la piedra de la que esta hecha la grada, dejando extendida mi pierna derecha y la izquierda la atraigo a mi pecho dejando mi brazo descansar sobre mi rodilla.

me acerco altivamente sin dejar de mirarlo

--¡QUe es lo que buscas aqui?, estas muy lejos de tu pilar, que es lo que hace que a un general marino venga a este lugar--

camino lentamente hasta donde se encuentra, me siento a una distancia prudente sin dejar de observarlo atentamente

Lo miro sentarse y sonrio al notar la distancia.

-Tranquilizate Aioria, no he venido a atacarlos- Puse mi mano sobre mi pecho, jalando un poco la playera azul que llevaba. -Ni siquiera traigo mi armadura, relajate-¿A que había venido?, ni yo lo sabía, solo quise salir a distrarme.

-El aburrimiento supongo-Respondí levantando los hombros. -Allá no hay mucho que hacer-

me tranquilizo un poco al ver su actitud y le sonrio

--Pense que era el unico que se escapaba de su templo por aburrimiento--

paso una mano por mi cabellera y sigo observando atentamente al general marino

--Entonces todo esta igual de calmado aqui que alla, sin embargo creo que el clima es mejor que aqui no te parece--

Mi vista permanecia fija al frente y aun así curveaba los labios en una sonrisa al escucharle, ya me hacía raro que el león dorado permaneciera en su templo, desde niño acostumbraba a estar siempre fuera de sus propios limites, aunque claro... en aquel entonces a mi nadie me conocia, permanecía como una sombra.

-Tu lo has dicho- Respondí cerrando los ojos y dejando que mi cabeza se inclinara hacía atras.

-Parece extraño, pero hasta yo extraño el calor de grecia- Y solo quizás, extrañaba algo más que eso.

levanto la vista para ver el cielo despejado

--No puedo negar que el clima es agradable, pero a veces el calor se ensaña con nocostros, en especial cuando traes la armadura--

vuelvo mi atención a el y le sonrio

--claro en este momento no tienes que padecer con ella bajo este sol--

me estiro cual felino al sol

--Dado que estamos aqui, ¿Tendras alguna idea para que dos guerreros se entretengan y olviden el aburrimiento--

le muestro una mirada de complicidad y una sonrisa irreverente

veo que esta igual de acalorado que yo, doy una media sonrisa

--creo que será una buena opción, cayamos pues y obtengamos unas cervezas frias para mitigar este calor--

me levanto listo para partir

- Bien gato, sigueme - Me incorpore y mire a leo de pies a cabeza. -Me supongo primero iras a quitarte eso-Haciendo referencia a la dorada armadura.


(Te veo en el bar ^^)