Fue entonces cuando comenzaron los más maravillosos instantes de mi vida pues aunque noté que algo te causaba una gran tristeza, una especie de secreto que guardabas en tu interior reflejado en tus bellos ojos color de miel, aquella era la primera vez que me encontraba con alguien que no sentía rechazo alguno hacia mí, ni me miraba con recelo a causa de aquel terrible episodio de mi adolescencia que era bien conocido por todo el país.
Mi mano instintivamente acarició la tuya y tú te volviste acariciando mis cabellos. Aquel roce y la ternura que me pareció ver en tu mirada me dieron el valor de pedirte que te recostaras en mi regazo mientras de las cuerdas de mi arpa salía una melodía improvisada e inspirada por ese muchacho tan apuesto que se encontraba junto a mí. Inspirada por ti, amado mío.
Creí que mi felicidad no conocería límite alguno cuando te incorporaste porque tus bellos ojos se clavaron en los míos, regalándome además una luminosa sonrisa y aplaudiste la canción que había tocado especialmente para ti. Por impulso, te atraje hacia mí y besé tus labios.
Nunca he sido alguien que se enamorara fácilmente pero tú con tan sólo una mirada fuiste capaz de derribar cualquier defensa que hubiera podido ponerte y más aún cuando te sonrojaste tan deliciosamente debido al elemento sorpresa de aquel beso, pero sonreíste y volviste a acariciar mi rostro.
Mi querido Syd, para alguien cuya infancia había sido marcada por el trato severo y los golpes, cuyo corazón sensible se había llegado a llenar de un intenso odio, aquellos tiernos gestos eran como el agua que una persona sedienta encuentra en un oasis del desierto.
Recosté mi cabeza sobre tu hombro y tú pasaste tu brazo sobre el mío, así permanecimos largo rato hasta que una tercera persona hizo acto de aparición de la forma más inesperada posible.
Sentí momentaneamente como unos irracionales celos me invadían al notar que alguien estaba llamando, o quizás aporreando sería el término más correcto, a la puerta de la casa que se encontraba al fondo del jardín en el que estábamos, el cual formaba parte de las tierras de los Mizar.
Vi la enorme preocupación en tu rostro pues habías parecido reconocer la cosmoenergía de quien quiera que fuera el autor de los golpes y ambos salimos hacia el lugar de procedencia de aquella conmoción. Se trataba de Siegfried, el guerrero de Alfa, el cual venía malherido.
Una vez que dejamos instalados a Siegfried sobre la cama del dormitorio de huéspedes para que se recuperara y aunque tú sólo lo hiciste tras mucha insistencia por mi parte ya que nuestro comandante era muy insistente en que te quedaras con él, salimos de allí. Yo lo hice poco después de ti, tras insistir que Alfa se durmiera de una vez, porque me di cuenta que tú no te veías bien y de nuevo sentí la misma sensación de melancolía que tenías antes sumada ahora a la preocupación por Siegfried. Cuando entré al salón te vi sentado sobre el sofá con lágrimas cayéndote por el rostro, estabas leyendo un papel que sostenías en tu mano, una partida de nacimiento que te nombraba como uno de un par de gemelos. Fue entonces cuando comprendí el por qué de tu profunda tristeza y sin más te abracé fuertemente dándote un beso en la frente mientras explicabas de qué se trataba todo aquello. Mi gesto no era ahora el de un posible amante, y menos aún de uno celoso, sino uno de compañerismo, el que una persona hace por otra cuando esta última se ve en un apuro o sufriendo horriblemente y tú, mi bello Syd, te dejaste hacer hasta que te calmaste.
Pero desde mi punto de vista la llegada del guerrero Dragón a la casa marcó el principio del fin de aquel maravilloso día, aunque logré que sonrieras de nuevo e incluso después los tres lográramos divertirnos juntos bañándonos en el lago, compitiendo por ver quién hacía la broma más pesada a quién y luego en la bañera.... ¿quién podría olvidar el episodio de la bañera?...
Flashback.
El flashback está narrado por ambos personajes (la parte en negrita por Mime (Alannis) y el resto por Syd (yo)). La escena está sacada directamente del juego de RPG, tan sólo he acortado algunas partes y editado otras para garantizar una mayor fluidez en el relato.Después del baño en el lago....
El frío en Asgard es absolutamente horrendo. Fui corriendo hacia el baño, de donde saqué varias toallas que nos repartimos entre los tres; rápidamente me sequé y me cubrí con una. Me acerqué a la chimenea de la sala de estar a avivar el fuego, que parecía estar a punto de apagarse.
-No se lo que pensáis vosotros, pero creo que sería una buena idea que nos quitáramos la ropa mojada y nos diéramos un baño caliente para sacarnos este frío de encima.
Los otros dos guerreros se reían diciendo que yo no llevaba gran cosa encima pero sonreí y continué hablando.
-Hay dos cuartos de baño en la casa, así que si queréis, id vosotros primero -ambos preguntaron acerca de la ropa limpia- en las dos habitaciones hay ropa mía en los armarios que podéis usar. Creo que los tres usamos las mismas tallas, aunque Siegfried es un poquito más alto.
En muy poquito tiempo conseguí que el fuego se hubiera avivado lo suficiente para seguir caldeando la casa y le añadi algo más de leña pues por muy acostumbrados que estemos al frío por estas tierras no es nada agradable el estar congelándose cuando no hay necesidad para ello.
Mime está aún muy calladito, pero Siegfried me tomó la palabra en cuanto a lo del baño. Parecía mucho más animado que cuando estábamos fuera, aunque creo que el muy pillo tenía pensado en hacer algo más a modo de venganza, estoy seguro de ello, pero eso no importaba en aquel momento. Me alegró mucho de que mi buen amigo se viera más feliz.
Dice que me ayudará a llenar la bañera, no es algo que sea necesario, pero llevaba la impresión que desde que llegó a mi casa había algo que aún no me había dicho pero que no se atrevía a hacerlo, tal vez porque Mime está aquí también o porque le es un tema difícil de abordar. En fin, dejaré que sea él quien tome la iniciativa porque hasta ahora no he conseguido sacar nada en limpio.
Terminé de secarme delante del fuego y me puse la toalla alrededor de la cintura puesto que no tenía ganas de exhibir mis bonitos calzoncillos Disney, aunque no lo son tanto como los del guapísimo Mime, blancos a topitos rojos. Me gustaría saber qué ropa interior lleva Siegfried y le echo una mirada cómplice al guerrero de Eta, quien parece captar el mensaje aunque no cruzamos palabra alguna entre nosotros. ¿Por qué le preocupara tanto que le veamos desnudo? Yo ya lo vi con el traje con el que vino al mundo, cuando eramos niños, ja, ja, ja.
-!Manos a la obra, Sieg! -guiñé un ojo a Mime.
Siegfried ha notado mis miradas a Mime y he visto que estaba algo nervioso pero antes de que pudiera reaccionar lo derribamos al suelo. Tan sólo se trata de vengarnos un poquito y además, él ya nos ha visto en ropa interior, así que sería una buena idea que él nos enseñara la suya: sólo por estar los tres en igualdad de condiciones. Entre Mime y yo le quitamos los pantalones, pero justo antes de sacárselos le cubrí con una toalla porque había visto que se estaba enfadando de veras con nosotros y parecía que las heridas aún le hacían daño.
-Venga Siegfried, no seas así, que tú ya nos has visto en ropa interior, en serio que no entiendo por qué te da tanta vergüenza el que te veamos. -¿Por qué no nos bañamos los tres juntos?, los tres somos hombres y ya nos hemos visto prácticamente sin ropa,por lo tanto, ¿que más da ver el resto? -les propuse con una carita de lo más angelical -además, será bueno para el medio ambiente, no usaremos tanta agua...
Al terminar de escuchar eso me sonrojé por completo, la sola idea de ver a dos apuestos hombres por completo desnudos no me parecía mala... pero el que alguien me viese desnudo....
-Mmmm pues...- comencé a decir con el rostro completamente sonrojado- tal vez no se gaste tanta agua... pero no sé ustedes, pero yo... tengo... un horrible defecto de nacimiento en la espalda que no me gusta mostrar...
Era más que obvio que la última parte era una total mentira, pero no se me había ocurrido nada más en ese momento, estaba completamente desorbitado con la ida que había tenido hacía unos segundos- así que... si gustan, pueden bañarse ustedes dos... yo usaré el otro baño jejeje...
Me levanté y fui hasta el cuarto de baño en donde me quité la camiseta empapada y escurrí un poco más mi cabello. Me aseguré de que la puerta estuviera bien cerrada antes de empezar a quitarme mi última prenda y entrar a la bañera cuando oí que la puerta del baño se abría. Mime nos soltó un cuento chino acerca de que tiene un terrible defecto corporal: !qué mentiroso!, debería aprender a mentir mejor puesto que lo que vi de él en el lago era absolutamente perfecto, sin ninguna tara. Me parece que estaba avergonzado a que lo viéramos desnudito y salió disparado como un rayo hacia el otro baño cerrando con llave tras de sí.
Siegfried y yo lo dejamos hacer durante unos momentos para darle un falso sentido de seguridad y susurré algo en el oído de Siegfried que le hizo sonreír maliciosamente. Cuando oímos que se iba a meter en la bañera, sin que se lo esperara abrimos la puerta tras unas pequeñas manipulaciones.
-!!!Holaaa, Mimitoooo!!!.
-!!!
Chicos!!! !!¿qué rayos hacen aquí?!!El pobre estaba super-sonrojadito, mientras que Alfa y yo avanzábamos hacia él.
-Mime, Mime, Mime, mi querubín, olvidas que estás en mi casa y que tengo copias de todas las llaves (le enseñé un manojo) aparte de la de este baño. Sin embargo, aprendí a forzar cerraduras siendo niño... -doy una risotada - por cierto, ¿nos gustaría muchísimo saber a qué viene tanta vergüenza ahora? En el lago no parecías preocuparte....
Me acerqué más a él para que no pudiera escaparse mientras que el guerrero de Alfa se aseguraba de que la bañera se llenaba de agua caliente y puso un líquido que hacía muchas burbujitas. Mientras, obligaba a Mime a que se pusiera de espaldas a mí.
-Eres un mentirosillo, la piel de tu espalda es absolutamente perfecta.
Siegfried nos miraba con una sonrisa algo maliciosa que le devolví, Mime parecía algo nervioso.
Sonriendo maliciosamente le quité la toalla que cayó al suelo.
-!No te muevas! Como veo que aún no te has quitado toda la ropa, yo creo que el defecto ese del que hablabas quizá esté oculto.... quizás debajo deestos lindos topitos rojos.... (Mime no sabía a qué atenerse y yo disfrutaba viéndolo ponerse más nervioso aún)...
Antes de que se le ocurriera moverse para zafarse de mí, lo tomé entre mis brazos como si fuera un bebé y me lo llevé hacia la bañera que Siegfried ya había llenado. Mime forcejeó un poco pero conseguí meterlo en el agua.
-Siegfried, ¿no te gustaría acompañarnos? El agua está muy bien.
Por último, terminé de desnudarme y dije a ambos.
-Venga, chicos que no hay nada de lo que avergonzarse... -mientras que me estiraba perezosamente en la bañera y cerraba los ojos para disfrutar del calor del agua, la espuma la llenaba por completo, así que era imposible ver nada que estuviera debajo de ella. Además de que me estaba muriendo de ganas de disfrutar de aquel baño.
Al entrar al agua me sonrojó aún más (si es que se podía...) al ver el espectacular cuerpo de Syd y... el de Siegfried... Era casi un sueño hecho realidad, pero estuve a punto de desmayarme al estar en la tina con Syd y saber que estaba por completo desnudo...
- Chicos... insisto, báñense ustedes dos... yo... me voy al otro baño...- traté de levantarse, pero enseguida el peliverde me tomó de mi última prenda haciendo que no sólo me volviera a caer a la bañera sino que también quedara como Dios me trajo al mundo y para cerrar con broche de oro, Syd me aprisionó en sus brazos para que no pudiera escapar.
- !Qué malo eres Syd!... además, ¿¿¿¿¿¿por qué tanta manía de que nos bañemos los tres juntos?????? Lo que suponía era cierto, !tiene un cuerpazo despampanante!, lo del defecto en la espalda era tan sólo una mentira como un castillo. Su piel ha tomado la misma tonalidad que la de un tomate y puedo asegurar que no se debía al calor de la bañera, aunque eso le hacía parecer aún más bello.
La verdad es que encontré muy gracioso el que estuviera tan sonrojado y respondí inocentemente aún sin soltarlo.
-¿Malo yo? Ustedes perdonen, señores, pero ¿quién empezó desnudando a quién en el lago? Si no recuerdo mal un cierto joven de largos cabellos anaranjados me despojó de mis pantalones dejando al descubierto mis bonitos bóxers de Winnie Pooh y por cierto... se te olvidó mencionar a Tigger (dije refiriéndome al otro personajillo en mis bonitos calzoncillos). (A su oído) Estate quietecito, hay suficiente espuma para poder preservar el decoro y no te preocupes que no te voy a hacer nada.