..: Recinto de Poseidon :..

Definitivamente soy un gato curioso y no puedo evitar meterme en problemas, asi que he venido al fondo del mar solo por curiosidad y por curiosidad me he metido en el recinto de Poseidon. Solo me falta que por curiosidad maten al gato

miro alrededor del templo y curoseo por aqui y por alla hasta que oigo su voz, me giro para verlo, el mismisimo Poseidon esta ante mi, enarco una ceja al ver la forma en que me mira, debere ponerme un letrero cuidado garras afiladas, sonrio con cierta irreverencia

--Solo curiosidad, he de decir que para los gatos la curiosidad es nuestro peor enemigo, pero es que es tan deliciosa ydificil de resitir--

Sonrio descaradamente ante esa actitud aunque he de decir que el pilar esta duro, soy un gato delicado, no me gustan las superficies frias, puedo sentir el filo de su tridente en mi, clavo mis ojos en los de él, en una mirada franca y descarada

--y es verdad a los gatos curiosos no nos importa morir, y ya que eres tan generoso de perdonarme la vida me pregunto cual es el castigo que tienes preparado para mi--

sin absolutamente nada de pudor paso mi mano sobre su cabellera quitando ese mechon que cubre su rostro

siento como aprisona mi labio entre sus dientes, me habla de manera sensual, sonrio nuevemente con descaro y la mirada irreverente que me caracteriza, veo como aleja su tridente y me toma de la cintura tratando de enseñarme su dominio sobre mi, siento su lengua en mi mejilla y sus dientes en mi cuello.

--es halagador poder escoger mi castigo, aunque la suavidad siempre a funcionado mejor con los gatos, porque dentro de nuestras delicadas patas se esconde unas mortales garras, y si estoy condenado que mas da defenderme--

me acerco a su oido

--el gatito tambien tuene garras afiladas--

le digo en lo que parece un ronroneo mientras tomo su rostro y lo beso exigentemente

siento como sus manos recorren mi cuerpo para despues aprisionar mis muñecas contra el pilar

- Tratas de decirme que puedes ser peligroso quisiera comprobarlo....- l

puedo sentir sus labios contra mi rostro, sigo sonriendole son descaro e irreverencia, este juego es divertido despues de todo

--No trato de decirte nada Poseidon, estoy afirmando que soy peligroso--

suelta una de mis muñecas para empezar a acariciar mi entre pierna, no puedo negar que se siente agradable su contacto lujurioso sobre mi cuerpo, pero dos podemos jugar este juego, llevo la mano que me ha dejado libre hacia su espalda y uno de mis dedos lo delinia con cuidado, dibujando pequeños circulos en su espalda hasata llegar a su cintura y entonces poso mi palma completa bajando hasat sus gluteos ya acriciandolos descaradamente deliniando la forma de uno de ellos y presionandolo sintiendo su firmesa en mis manos

- Me gustan los retos dificiles hacen la vida mas deliciosa-


--a mi tambien--

no puedo evitar jadear cuando sus dedos juegan en mi entre pierna, sonrio pero me mantengo firme ante sus acciones, puedo sentir su voz llena de lujuria, y en algun grado me soprendo ante esta reacción del rey de los mares.

Siento sus dedos en mi rostro, y veo como se acerca a mi rostro oigo sus palabras


- Debes sentirte orgulloso… de ya haberte ganado el honor de ingresar a los aposentos del dios de los mares-

levanto una ceja y sonrio con cierto cinismo, puedo sentir como me sujeta de la cintura y me obliga a caminar a su lado pegandome a su cuerpo llevandome a las profundidades de su templo

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si gracias ^^ espero que tu tambien, y que mi gato no te de muchos problemas

Sali de mi templo rumbo al del Dios, suponía que debía presentarme... Como si lo hubiera hecho antes, la idea de servirle de nuevo a Poseidón tampoco me agradaba mucho, pero suponía que no tenia otra opción.

Camine a pasos pausados por el templo, reconociendo una energía distinta a la de los generales marinos, pero no extraña para mi.

-¿Un caballero de oro?- Murmuré, que podría ser un dorado por este lugar, esta vez mis ganas de ver al Dios de los mares fueron alentadas por la curiosidad de ver con quien compartía el templo, algo era seguro, mi hermano no era.

Encendí mi cosmos dandome a notar y espere recargado en una pared con los brazos cruzados a la altura de mi cintura, la mirada fijá en la entrada a sus aposentos personales.

Arqueo una ceja al verlo salir, con su apasible seriedad y un dejo quizás ¿de molestia?, sonrei tanto para mis adentros como para mi rostro, cuyos labios se curvean en una sonrisa socarrona.

-Me he presentado, pero a juzgar por tu semblante en un mal momento- Me incorpore bajando los abrazos y enfocando mi vista a sus espaldas, sin decir palabra sobre su aparente "acompañante".

-Entre tus ordenes y las de Athena no encuentro gran diferencia-Alce los hombros de manera desinteresada. -Como sea, ya estoy aquí-

Salgo de aquel cuarto solo para toparme con la escena de Poseidon y su general, mi mirada se cruza con la de aquel recien llegado

--Saludos Kanon Dragon Marino, disculpa no quedarme a platicar contigo pero creo que tienes asuntos que tratar con tu señor--

me volteo a ver a Poseidon y vuelvo a sonreirle con descaro

--Fue un placer hablar contigo Poseidon, y no olvidare tus palabras, espero que disfrutes tu caceria porque te aseguro que no te la hare facil, incluso con tus habilidades divinas te costara trabajo atrapar a este gato--

termino de caminar el resto del camino para terminar girandome en la puerta y lanzo mi ultimo reto con cierta picardia

--Si es que lo atrapas --

salgo del templo de poseidon con toda la elegancia y porte de un gato que se ha salido con la suya

Miro Aioria salir de los aposentos privados del Dios, asiento levemente cuando me saluda y permanezco en silencio cuando le dirige unas palabras al señor de los mares, sonrio con cinismo viendolo salir.

- Hasta luego Aioria, saludame a Saga - Hasta donde llevaba la curiosidad al gato, para caer en manos de un demonio, es decir, de un Dios.

-Vaya... no sabía que te gustara jugar al gato y al ratón, aun me pregunto si el felino hacía bien su papel- Exlame con total descaro y despreocupación. -A juzgar por su elegante salida, creo que en realidad lo hizo bien- Estire los brazos juntando mis manos al frente.

-Me supongo, ahora me reclamaras que venga presentarme justo ahora-

En un abrir y cerrar de ojos el Dios me amenaza con la punta de su tridente sobre mi pecho, continuo mirandolo con la misma sonrisa cinica y despreocupada, aun cuando sus ojos reflejan su enorme molestia.

Frunzo el seño ante su atrevimiento de sostener mi barbilla, pegandome casi a su rostro, levanto la mano y aparto a su vez la suya, alejandola de mi rostro.

-¿Respeto?, si eso, creo tenerlo- Exclame con toda tranqulidad. -Por otro lado, en cuanto a "devolverte" el buen humor - Me quedé pensando, podría sugerirle unas vacaciones, pero quizás sonaria grosero mi atrevimiento.

-Me temo decirte que soy un general a tus servicios, pero no un esclavo personal y mucho menos alguien con quien saciar sus impulsos- Tome las puntas de dos de las cuchillas de su tridente alejandolo de mi. -A menos que tenga alguna orden que darme, me retiro- Solte su arma y me di media vuelta dispuesto a irme.

-Si, apostaria a que lo fue- Exclamo con calma, en tono más bajo, pero sin importarme mucho si me escucha o no, alce mi mano en señal de despedida y comence mi camino afuera de su templo, preguntandome aun, ¿que hacia Aioria en este lugar?, sin más me encamine de regreso a mi pilar.

LLegue al pilar central y fui penetrando en el , era maravilloso adornado por la antiguedad y la magnificencia que solo un dios se podia dar, camine hasta el salon del tro no y no habia señales de mi dios acaso estaria en sus aposentos me encamine hacia ese lugar prohibido

segui caminando esperando encontrar a alguien