Este fic no es de mi autoria. Su autor es Oliver Espectro y es un fic divertidisimo.
- Ufff... ¿lo ves?
- ¿A cual de los dos?
- Al que está mas rico...
- ¿El rubio?
- ¡No estúpido!. El de cabellos verdes...
- ¿Shun?
- Él mismo...
- Eres un Pedófilo. – Dice quitándose del marco de la ventana y adentrándose en su templo.
- Ay por favor Aioria... ¿Cuántos años les llevamos? ¿2?
- Siete...
- Eso no tiene importancia. Él tiene pinta de que le gustan los chicos mayores.
- ¿Cómo estás tan seguro de que siquiera le gustan los chicos?.
- Un chico tan lindo no puede ser heterosexual...
- Ahhh, Milo... tu si que estás peor cada día, ¿Entonces todas las cosas tienen que ser lo que tú quieres que sean?.
- No exactamente, pero este niño debe ser.
- No tienes remedio. Y por cierto, Hyoga está mejor.
- Jaja, tú lo que estás es molesto porque no te ves esperanzas con el rubio.
- Ni a ti con Shun tampoco.
- ¡Vamos Aioria, te vas a rendir sin siquiera haber combatido!.
- ¿Rendir?. ¿Cuándo acepté un reto acaso?
- Ahorita, que yo te lo voy a proponer: ¿qué tal si los conquistamos?
- Jaja Milo, estás trastornado.
- ¡Es en serio!. ¡En serio Aioria!. Yo creo que si tenemos oportunidad con esos muchachos, fíjate: ¿por qué se la pasan tanto juntos?, en las muchachas eso es normal pero yo no sé... he llegado incluso a pensar que ellos tiene algo raro por ahí, eso si me preocupa, pero ya que a mí me gusta uno y a ti te gusta el otro pues...
- ¿Propondríamos que los hiciésemos terminar?
- No he dicho que ellos tengan eso pero... en ese caso... yo creo que... – La mirada de Milo daba todo a entender, para él no había novio que no se pudiese tumbar.
- Definitivamente tu piensas con el pene Milo.
- Bah, Aioria, eso es lo que me molesta de hablar contigo, ni siquiera has intentado nada cuando ya estás derrotado, eres un perdedor.
- Eso no es así.
- ¡Claro que lo es!. ¡No tienes las bolas para cojerte a un muchachito de estos!.
- ¡No es así!.
- ¡Entonces acepta mi propuesta!. O mejor dicho... mi apuesta. – Milo le miró con una mirada insinuante y algo perversa, mordiéndose el labio inferior. – Te apuesto a que yo soy capaz de llevarme a Shun a la cama, antes de que tú lo hagas con Hyoga.
- Yo no voy a apostar con eso.
- Cobarde. Como siempre te rindes antes de comenzar. Pero está bien, no importa, yo me quedaré con los dos, después de todo... el Hyoga tampoco está mal, y puedo aprovechar uno de las visitas donde Camus para...
- ...!!!
Esto hizo hervir la sangre del caballero de Leo quien se apresuró a tomar de la mano al hombre de cabellos índigo y estrecharla con fuerza.
- Trato hecho. – Dijo algo celoso nomás ante la idea. Milo sonrió suspicaz.
- Sabía que en cuanto te diese una idea aceptarías... solo no tienes creatividad para conquistar.
- Eso ya lo veremos Milo. Me acostaré con Hyoga mucho antes de que tú logres si quiera dar un beso a Shun. Y de paso, te daré unas clasecitas para que veas quien es el principiante aquí.
Por unos instantes Milo se quedó sorprendido ante la nueva y recién tomada convicción del guardián del quinto templo. Definitivamente, Milo era un excelente manipulador. Sonrió victorioso.
- Eso era lo que quería oírte decir. Mas no te ilusiones mucho, porque como yo, no hay igual.
Fue así como ambos decidieron no perder mas tiempo e ingeniárselas a como diese lugar, para demostrar quien era el mejor conquistador del santuario.
[div]
-------------------------------------------------------------------------------------
[/div]
Misión:[ /b[#93] Conquistando a Andrómeda
[#91]b[#93]Objetivo:[ /b[#93] Shun
[#91]b[#93]Táctica: Carta enviada por su hermano mayor.
- Uuhhh... de verdad discúlpame Milo, ¡no tengo idea de por qué mi hermano decidiría reunirse justamente en la casa de Escorpio!. No lo decía en la carta que me mandó, mas siento que ya se está tardando demasiado. – Comentaba un Shun algo impaciente observando por la entrada del templo de Escorpio, mientras Milo sonreía a sus espaldas.
- No te preocupes Shun. Mi templo es tu templo. Seguramente Ikki tuvo algún inconveniente y por eso llegará algo tarde pero descuida, acá puedes esperarlo hasta que tu quieras.
- Gracias Milo, de verdad eres muy amable. Te debo una.
- Ni lo menciones, Shun ni lo menciones. – Comenta Milo sonriendo y mordiéndose el labio inferior detrás de Shun, aprovechando para mirarle el trasero mientras este buscaba a su hermano con la mirada en las casas que se encuentran mas abajo.
[div]
----------------------------------------------------------------------------------
[/div]
Misión:[ /b[#93] Amansar al Cisne.
[#91]b[#93]Objetivo:[ /b[#93] Hyoga
[#91]b[#93]Táctica:[ /b[#93] Dormir a Camus con unas pastillas.
El Caballero de Leo se rascaba los cabellos con un gesto extrañado en el rostro. Mientras hablaba.
- De verdad que es extraño que Camus no esté en su templo, es un caballero muy soportable.
- Así es, eso es lo mas raro de todo. ¿Seguro que no está en su cuarto?
- ¡Segurísimo, ya pasé por allá!. – Comentó Aioria con mucha convicción, sabiendo perfectamente que era allí donde se encontraba roncando profundamente. – Pero no te preocupes, ese ha de estar por llegar dentro de poco... mejor es que ambos lo esperemos aquí o si gustas, esperamos en mi templo a que suba hasta su casa.
[#91]b[#93]Paso 1: llevarlo hasta donde se quiere.- No es mala idea pero, no quisiera ser molesto. Yo espero acá de verdad no tengo ningún problema. En la casa de Acuario me siento muy bien.
- ¡Es que...! - Lo pensó un instante. - ¿No te digo?, puede que Camus tarde mucho, te vas a morir del aburrimiento aquí.
- Tranquilo, de verdad. – Comentó Hyoga. – Si no me he muerto de tantas cosas, no me voy a morir de aburrimiento, los caballeros estamos acostumbrados a eso.
- ¡Pero es que...!. Me da vergüenza jeje, me da vergüenza dejarte aquí, quiero decir, podríamos llamarlo por teléfono desde mi casa o... incluso podrías meterte en Internet.
- ¿Tienes Internet?
Bingo.- Así es, tengo Banda Ancha pero casi no lo uso.
- Bueno... pero, ¿estás seguro que no seré una molestia verdad?
- Por supuesto. – Comentó Aioria sonriendo.
- Entonces iré a tu casa un rato, aunque no quiero parecer interesado, en cuanto aparezca mi maestro me devolverá acá a la casa de Acuario.
- Tranquilo, sabes que estamos entre amigos, no tienes porque tener vergüenza. – Comentaba el león dorado mientras que suavemente lo impulsaba de la cintura conduciéndolo hasta su templo.
[div]
----------------------------------------------------------------------------------------------
[/div]
Paso 2: Merodear en busca de posibilidades provechosas.Milo charlaba de a poco con un Shun que parecía la verdad bastante incómodo, pero era una incomodidad creada por el hecho de que su hermano no llegase y él pudiese estar siendo molesto para Escorpio, así éste no lo quisiese admitir y a cada momento reiterase que su visita... era un verdadero placer...
- ... y me sorprendí mucho, pero al fin me admití que ustedes eran unos grandiosos guerreros. Que eran incluso mas grandes que los caballeros de mas alto rango...– Comentaba Milo continuando con un largo discurso que había comenzado.
Shun colocó una sonrisa cortés, pero a la vez algo sonrojado.
- No... somos unos caballeros como todos, no tenemos nada excepcional ni somos la gran cosa jaja... – Comentaba el chico de cabellos verdes.
- ¿Cómo que no?. ¡Son mucho mejor caballeros que nosotros!.
- No exageres jaja...
- ¡Claro que si!. Son mejores caballeros, incluso mejores hombres me atrevería a decir.
- No te abuses, no te auto subestimes tanto. Aquella vez tuvimos suerte del luchar del lado correcto eso es todo.
- No es eso Shun es que, en serio pienso así. – Dijo bajando el tono de repente al darse cuenta de que trataba con un chico bastante humilde y probablemente sentimental. Había que llegarle por otro camino. – En serio siempre... me he sentido pues... menos que los demás.
En seguida el rostro de Andrómeda cambió a uno menos preocupado por el desplante que le estaba haciendo su hermano y mas preocupado por el autoestima de Milo.
- ¡Eso es así!. ¿Por qué dices eso...?
- Porque es verdad Shun. Siempre me he sentido menos... caballero que todos.
Shun se estaba llevando una increíble sorpresa, se le había hablado de Milo con un hombre pasado de orgulloso y a veces de presumido, pero estaba demostrando ser todo lo contrario se sintió con suerte de poder ser el primero que viese a Milo sincerarse. Le estaba creyendo lo que decía, pues después de todo no era la primera persona con sentimientos que solía esconderse bajo una máscara seria y dura, su hermano Ikki era el mismo caso, talvez por eso sintió mas solemnidad de lo normal con Milo.
- Es que... siempre me he sentido acomplejado por algo...
- ¿Por qué?
- No. No puedo decirlo. Me da mucha vergüenza... – Actuó Milo volteándose hacia el otro lado del sofá donde se encontraba sentado, Shun se acercó sentándose a su lado y pidiéndole que se voltease.
- ¿Qué?. ¡¿Qué?!. Dime, te prometo que yo no diré nada.
- Sé que no dirás nada, confío en ti pero... es que me da mucha vergüenza.
- No tienes que sentir vergüenza conmigo Milo, yo no me burlaré de ti ni te dejaré de hablar por lo que sea. He tenido amigos que me han contado cosas y yo les sé guardar su secreto. Pero no me gusta ver a las personas tristes...
- Eres muy noble Shun, de verdad una persona muy noble. Pero no quiero mortificarte con mis problemas, no tienen importancia...
- ¡No me mortificas!.
- No quisiera causarte molestas...
- ¡No lo harás!.
- Ni que te hicieses una mala imagen de mí.
- ¡No lo habrá!.
- Ni mucho menos te burlases y...
- ¡HABLAA!. – Le gritó Shun tomándolo de los hombros desesperado y haciéndolo voltear así si. Milo se calló de repente con los ojos explayados, tomó aire y habló de nuevo.
- Está bien, te lo contaré...
Shun suspiró al fin aliviado y recuperando la calma para escuchar a su compañero.
- La cosa es que, no solo me siento menos caballero que todos sino, menos hombre...
Milo esperó algunos instantes a ver si Shun decía algo pero no salió palabra de su boca, sus ojos estaban clavados en los suyos, su atención puesta en su rostro y le pedía con la mirada que continuase y Milo le complació...
voy por buen camino!!- Es que... me siento poco masculino ya que... mi... – dijo algo muy bajo e inentendible. – es muy pequeño.
- ¿Tu qué...?
- Mi... – repitió de la misma forma sin poderse captar.
- No entendí.
- ¡Mi pene!. – Admitió Milo con fingida melancolía y desesperación.
Shun se avergonzó de haberle hecho repetir eso tantas veces y hacerlo estallar así. Ahora veía como se volteaba avergonzado hacia el otro lado del sofá. Pero pensándolo en unos instantes se reconfortó al saber que no se trataba de nada grave.
- Tranquilo Milo. ¡Vamos chico!. Eso no te hace menos hombre ni menos caballero que nadie.
- Si es así. O al menos yo lo siento así, me da vergüenza.
- ¡Pero ¿por qué te vas a sentir así?!, eso no tiene nada que ver. ¡No tiene tampoco por qué darte vergüenza nadie lo ve a primera vista!.
- Pero es que igualmente... ¡me siento mal!. Tú aún no lo entiendes, pero imagínate lo que es llegar a esta edad y... ser tan poco hombre y... tenerlo como... como un niño... ¡Estoy seguro de que tú que tienes casi 10 años menos que yo lo has de tener mas grande!.
Paso 3: Desnudar.- Oh, vamos Milo, has de estar exagerando.
- ¡No exagero es en serio!. Y por eso siento tanta vergüenza. – Hizo una pausa viendo al suelo pensando lentamente como decir lo siguiente. – Nunca... nunca he visto uno... de tu edad pero... ¡pero estoy seguro que ha de ser mucho mas grande!.
- ¡Peor aún Milo!. ¡Ni siquiera tienes la certeza de que es así y ya te estás sintiendo Mal!. – El hombre de cabellos azules hizo una pausa apropósito, como si Shun estuviese diciendo una verdad. - ¡Así que ya no te mortifiques mas y no te sientas mal por eso!.
Hubo una pausa unos instantes Shun volvió de nuevo su mirada a la entrada esperando ver a su hermano allí pero aún no llegaba. ¿Dónde Rayos estaría?.
- Shun...
- ¿Si?.
- Nada olvídalo.
- Milo no empieces de nuevo.
- Lo que pasa es que me da vergüenza.
- ¿Otra vez?. Creo que estamos siendo sinceros ya Milo, sabes que confías en mí.
- Si pero es que no es cualquier cosa...
- ...¿qué?.
- Tú... tú podrías... quitarte el... ¡olvídalo!.
- ¿El pantalón? – Agregó Shun adivinando a lo que Milo le hizo un asentimiento muy lento y avergonzado. Vergüenza que se transmitió hasta Shun, quien ligeramente se intimidó.
- Oh pues... la verdad es que... a mí, a mí también me da vergüenza que..
- ¡Tranquilo, tranquilo!. – Se apresuró a decir Milo. – Ya me ha pasado cosas similares... – dijo muy lento. – Estoy acostumbrado ya... a... desnudar mi ser frente a la gente y... dar mi confianza y... no recibirla en regreso. No, no te preocupes por mí. – Sonrió como por conformidad mientras se sonó la nariz.
Eso hizo que un peso muy intenso cayese sobre los hombros de Shun, quien se sintió triste al solo imaginar que estaba destruyendo la confianza que Milo le estaba dando y que ahora se convertiría seguramente en una persona triste y cerrada. Sintió mucha tristeza y vergüenza y no quiso dejarlo así.
Se levantó del sofá hasta caminar a la entrada del templo, observó que su hermano no venía y cerró las puertas de madera recién instauradas al templo cerrándolo con seguro por detrás.
- Está bien Milo lo haré... pero, esto queda entre nosotros.
¡Listo...!- Entre nosotros Shun. Esto no saldrá de aquí. – Respondió Milo con seriedad.
[div]
---------------------------------------------------------------------------------------------
[/div]
- Uh... no hay nadie conectado.
- Que lástima. – Comentó Aioria sentado a propósito a su lado frente a la computadora, casi espiando lo que hiciese para que se aburriese rápido.
- Ni modo, esperaré en el templo de Acuario, muchas gracias Aioria.
- No tranquilo. Y no te vayas, a decir verdad también estoy aburrido y talvez podríamos encontrar algo que hacer.
- ¿Algo como qué?
- No lo sé, no soy muy creativo.
- ¿Qué haces normalmente cuando estás aburrido?
- No sé, me meto en la computadora hago algo, no sé...
- ¿Algo como qué?.
- Como... ver porno jeje...