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 Apuesta entre amigos (Milo x Shun/ Aioria x Hyoga) (Lemon) (De Oliver Espectro)

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spica66
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MensajeTema: Apuesta entre amigos (Milo x Shun/ Aioria x Hyoga) (Lemon) (De Oliver Espectro)   Apuesta entre amigos (Milo x Shun/ Aioria x Hyoga) (Lemon) (De Oliver Espectro) Icon_minitimeMar Jul 29, 2008 5:34 am

Este fic no es de mi autoria. Su autor es Oliver Espectro y es un fic divertidisimo.

- Ufff... ¿lo ves?
- ¿A cual de los dos?
- Al que está mas rico...
- ¿El rubio?
- ¡No estúpido!. El de cabellos verdes...
- ¿Shun?
- Él mismo...
- Eres un Pedófilo. – Dice quitándose del marco de la ventana y adentrándose en su templo.
- Ay por favor Aioria... ¿Cuántos años les llevamos? ¿2?
- Siete...
- Eso no tiene importancia. Él tiene pinta de que le gustan los chicos mayores.
- ¿Cómo estás tan seguro de que siquiera le gustan los chicos?.
- Un chico tan lindo no puede ser heterosexual...
- Ahhh, Milo... tu si que estás peor cada día, ¿Entonces todas las cosas tienen que ser lo que tú quieres que sean?.
- No exactamente, pero este niño debe ser.
- No tienes remedio. Y por cierto, Hyoga está mejor.
- Jaja, tú lo que estás es molesto porque no te ves esperanzas con el rubio.
- Ni a ti con Shun tampoco.
- ¡Vamos Aioria, te vas a rendir sin siquiera haber combatido!.
- ¿Rendir?. ¿Cuándo acepté un reto acaso?
- Ahorita, que yo te lo voy a proponer: ¿qué tal si los conquistamos?
- Jaja Milo, estás trastornado.
- ¡Es en serio!. ¡En serio Aioria!. Yo creo que si tenemos oportunidad con esos muchachos, fíjate: ¿por qué se la pasan tanto juntos?, en las muchachas eso es normal pero yo no sé... he llegado incluso a pensar que ellos tiene algo raro por ahí, eso si me preocupa, pero ya que a mí me gusta uno y a ti te gusta el otro pues...
- ¿Propondríamos que los hiciésemos terminar?
- No he dicho que ellos tengan eso pero... en ese caso... yo creo que... – La mirada de Milo daba todo a entender, para él no había novio que no se pudiese tumbar.
- Definitivamente tu piensas con el pene Milo.
- Bah, Aioria, eso es lo que me molesta de hablar contigo, ni siquiera has intentado nada cuando ya estás derrotado, eres un perdedor.
- Eso no es así.
- ¡Claro que lo es!. ¡No tienes las bolas para cojerte a un muchachito de estos!.
- ¡No es así!.
- ¡Entonces acepta mi propuesta!. O mejor dicho... mi apuesta. – Milo le miró con una mirada insinuante y algo perversa, mordiéndose el labio inferior. – Te apuesto a que yo soy capaz de llevarme a Shun a la cama, antes de que tú lo hagas con Hyoga.
- Yo no voy a apostar con eso.
- Cobarde. Como siempre te rindes antes de comenzar. Pero está bien, no importa, yo me quedaré con los dos, después de todo... el Hyoga tampoco está mal, y puedo aprovechar uno de las visitas donde Camus para...
- ...!!!
Esto hizo hervir la sangre del caballero de Leo quien se apresuró a tomar de la mano al hombre de cabellos índigo y estrecharla con fuerza.
- Trato hecho. – Dijo algo celoso nomás ante la idea. Milo sonrió suspicaz.
- Sabía que en cuanto te diese una idea aceptarías... solo no tienes creatividad para conquistar.
- Eso ya lo veremos Milo. Me acostaré con Hyoga mucho antes de que tú logres si quiera dar un beso a Shun. Y de paso, te daré unas clasecitas para que veas quien es el principiante aquí.
Por unos instantes Milo se quedó sorprendido ante la nueva y recién tomada convicción del guardián del quinto templo. Definitivamente, Milo era un excelente manipulador. Sonrió victorioso.
- Eso era lo que quería oírte decir. Mas no te ilusiones mucho, porque como yo, no hay igual.

Fue así como ambos decidieron no perder mas tiempo e ingeniárselas a como diese lugar, para demostrar quien era el mejor conquistador del santuario.

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Misión:[ /b[#93] Conquistando a Andrómeda
[#91]b[#93]Objetivo:[ /b[#93] Shun
[#91]b[#93]Táctica:
Carta enviada por su hermano mayor.

- Uuhhh... de verdad discúlpame Milo, ¡no tengo idea de por qué mi hermano decidiría reunirse justamente en la casa de Escorpio!. No lo decía en la carta que me mandó, mas siento que ya se está tardando demasiado. – Comentaba un Shun algo impaciente observando por la entrada del templo de Escorpio, mientras Milo sonreía a sus espaldas.
- No te preocupes Shun. Mi templo es tu templo. Seguramente Ikki tuvo algún inconveniente y por eso llegará algo tarde pero descuida, acá puedes esperarlo hasta que tu quieras.
- Gracias Milo, de verdad eres muy amable. Te debo una.
- Ni lo menciones, Shun ni lo menciones. – Comenta Milo sonriendo y mordiéndose el labio inferior detrás de Shun, aprovechando para mirarle el trasero mientras este buscaba a su hermano con la mirada en las casas que se encuentran mas abajo.

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Misión:[ /b[#93] Amansar al Cisne.
[#91]b[#93]Objetivo:[ /b[#93] Hyoga
[#91]b[#93]Táctica:[ /b[#93] Dormir a Camus con unas pastillas.

El Caballero de Leo se rascaba los cabellos con un gesto extrañado en el rostro. Mientras hablaba.
- De verdad que es extraño que Camus no esté en su templo, es un caballero muy soportable.
- Así es, eso es lo mas raro de todo. ¿Seguro que no está en su cuarto?
- ¡Segurísimo, ya pasé por allá!. – Comentó Aioria con mucha convicción, sabiendo perfectamente que era allí donde se encontraba roncando profundamente. – Pero no te preocupes, ese ha de estar por llegar dentro de poco... mejor es que ambos lo esperemos aquí o si gustas, esperamos en mi templo a que suba hasta su casa.

[#91]b[#93]Paso 1: llevarlo hasta donde se quiere.


- No es mala idea pero, no quisiera ser molesto. Yo espero acá de verdad no tengo ningún problema. En la casa de Acuario me siento muy bien.
- ¡Es que...! - Lo pensó un instante. - ¿No te digo?, puede que Camus tarde mucho, te vas a morir del aburrimiento aquí.
- Tranquilo, de verdad. – Comentó Hyoga. – Si no me he muerto de tantas cosas, no me voy a morir de aburrimiento, los caballeros estamos acostumbrados a eso.
- ¡Pero es que...!. Me da vergüenza jeje, me da vergüenza dejarte aquí, quiero decir, podríamos llamarlo por teléfono desde mi casa o... incluso podrías meterte en Internet.
- ¿Tienes Internet?

Bingo.

- Así es, tengo Banda Ancha pero casi no lo uso.
- Bueno... pero, ¿estás seguro que no seré una molestia verdad?
- Por supuesto. – Comentó Aioria sonriendo.
- Entonces iré a tu casa un rato, aunque no quiero parecer interesado, en cuanto aparezca mi maestro me devolverá acá a la casa de Acuario.
- Tranquilo, sabes que estamos entre amigos, no tienes porque tener vergüenza. – Comentaba el león dorado mientras que suavemente lo impulsaba de la cintura conduciéndolo hasta su templo.

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Paso 2: Merodear en busca de posibilidades provechosas.

Milo charlaba de a poco con un Shun que parecía la verdad bastante incómodo, pero era una incomodidad creada por el hecho de que su hermano no llegase y él pudiese estar siendo molesto para Escorpio, así éste no lo quisiese admitir y a cada momento reiterase que su visita... era un verdadero placer...

- ... y me sorprendí mucho, pero al fin me admití que ustedes eran unos grandiosos guerreros. Que eran incluso mas grandes que los caballeros de mas alto rango...– Comentaba Milo continuando con un largo discurso que había comenzado.
Shun colocó una sonrisa cortés, pero a la vez algo sonrojado.
- No... somos unos caballeros como todos, no tenemos nada excepcional ni somos la gran cosa jaja... – Comentaba el chico de cabellos verdes.
- ¿Cómo que no?. ¡Son mucho mejor caballeros que nosotros!.
- No exageres jaja...
- ¡Claro que si!. Son mejores caballeros, incluso mejores hombres me atrevería a decir.
- No te abuses, no te auto subestimes tanto. Aquella vez tuvimos suerte del luchar del lado correcto eso es todo.
- No es eso Shun es que, en serio pienso así. – Dijo bajando el tono de repente al darse cuenta de que trataba con un chico bastante humilde y probablemente sentimental. Había que llegarle por otro camino. – En serio siempre... me he sentido pues... menos que los demás.
En seguida el rostro de Andrómeda cambió a uno menos preocupado por el desplante que le estaba haciendo su hermano y mas preocupado por el autoestima de Milo.
- ¡Eso es así!. ¿Por qué dices eso...?
- Porque es verdad Shun. Siempre me he sentido menos... caballero que todos.
Shun se estaba llevando una increíble sorpresa, se le había hablado de Milo con un hombre pasado de orgulloso y a veces de presumido, pero estaba demostrando ser todo lo contrario se sintió con suerte de poder ser el primero que viese a Milo sincerarse. Le estaba creyendo lo que decía, pues después de todo no era la primera persona con sentimientos que solía esconderse bajo una máscara seria y dura, su hermano Ikki era el mismo caso, talvez por eso sintió mas solemnidad de lo normal con Milo.
- Es que... siempre me he sentido acomplejado por algo...
- ¿Por qué?
- No. No puedo decirlo. Me da mucha vergüenza... – Actuó Milo volteándose hacia el otro lado del sofá donde se encontraba sentado, Shun se acercó sentándose a su lado y pidiéndole que se voltease.
- ¿Qué?. ¡¿Qué?!. Dime, te prometo que yo no diré nada.
- Sé que no dirás nada, confío en ti pero... es que me da mucha vergüenza.
- No tienes que sentir vergüenza conmigo Milo, yo no me burlaré de ti ni te dejaré de hablar por lo que sea. He tenido amigos que me han contado cosas y yo les sé guardar su secreto. Pero no me gusta ver a las personas tristes...
- Eres muy noble Shun, de verdad una persona muy noble. Pero no quiero mortificarte con mis problemas, no tienen importancia...
- ¡No me mortificas!.
- No quisiera causarte molestas...
- ¡No lo harás!.
- Ni que te hicieses una mala imagen de mí.
- ¡No lo habrá!.
- Ni mucho menos te burlases y...
- ¡HABLAA!. – Le gritó Shun tomándolo de los hombros desesperado y haciéndolo voltear así si. Milo se calló de repente con los ojos explayados, tomó aire y habló de nuevo.
- Está bien, te lo contaré...
Shun suspiró al fin aliviado y recuperando la calma para escuchar a su compañero.
- La cosa es que, no solo me siento menos caballero que todos sino, menos hombre...
Milo esperó algunos instantes a ver si Shun decía algo pero no salió palabra de su boca, sus ojos estaban clavados en los suyos, su atención puesta en su rostro y le pedía con la mirada que continuase y Milo le complació...

voy por buen camino!!

- Es que... me siento poco masculino ya que... mi... – dijo algo muy bajo e inentendible. – es muy pequeño.
- ¿Tu qué...?
- Mi... – repitió de la misma forma sin poderse captar.
- No entendí.
- ¡Mi pene!. – Admitió Milo con fingida melancolía y desesperación.

Shun se avergonzó de haberle hecho repetir eso tantas veces y hacerlo estallar así. Ahora veía como se volteaba avergonzado hacia el otro lado del sofá. Pero pensándolo en unos instantes se reconfortó al saber que no se trataba de nada grave.
- Tranquilo Milo. ¡Vamos chico!. Eso no te hace menos hombre ni menos caballero que nadie.
- Si es así. O al menos yo lo siento así, me da vergüenza.
- ¡Pero ¿por qué te vas a sentir así?!, eso no tiene nada que ver. ¡No tiene tampoco por qué darte vergüenza nadie lo ve a primera vista!.
- Pero es que igualmente... ¡me siento mal!. Tú aún no lo entiendes, pero imagínate lo que es llegar a esta edad y... ser tan poco hombre y... tenerlo como... como un niño... ¡Estoy seguro de que tú que tienes casi 10 años menos que yo lo has de tener mas grande!.

Paso 3: Desnudar.

- Oh, vamos Milo, has de estar exagerando.
- ¡No exagero es en serio!. Y por eso siento tanta vergüenza. – Hizo una pausa viendo al suelo pensando lentamente como decir lo siguiente. – Nunca... nunca he visto uno... de tu edad pero... ¡pero estoy seguro que ha de ser mucho mas grande!.
- ¡Peor aún Milo!. ¡Ni siquiera tienes la certeza de que es así y ya te estás sintiendo Mal!. – El hombre de cabellos azules hizo una pausa apropósito, como si Shun estuviese diciendo una verdad. - ¡Así que ya no te mortifiques mas y no te sientas mal por eso!.
Hubo una pausa unos instantes Shun volvió de nuevo su mirada a la entrada esperando ver a su hermano allí pero aún no llegaba. ¿Dónde Rayos estaría?.
- Shun...
- ¿Si?.
- Nada olvídalo.
- Milo no empieces de nuevo.
- Lo que pasa es que me da vergüenza.
- ¿Otra vez?. Creo que estamos siendo sinceros ya Milo, sabes que confías en mí.
- Si pero es que no es cualquier cosa...
- ...¿qué?.
- Tú... tú podrías... quitarte el... ¡olvídalo!.
- ¿El pantalón? – Agregó Shun adivinando a lo que Milo le hizo un asentimiento muy lento y avergonzado. Vergüenza que se transmitió hasta Shun, quien ligeramente se intimidó.
- Oh pues... la verdad es que... a mí, a mí también me da vergüenza que..
- ¡Tranquilo, tranquilo!. – Se apresuró a decir Milo. – Ya me ha pasado cosas similares... – dijo muy lento. – Estoy acostumbrado ya... a... desnudar mi ser frente a la gente y... dar mi confianza y... no recibirla en regreso. No, no te preocupes por mí. – Sonrió como por conformidad mientras se sonó la nariz.

Eso hizo que un peso muy intenso cayese sobre los hombros de Shun, quien se sintió triste al solo imaginar que estaba destruyendo la confianza que Milo le estaba dando y que ahora se convertiría seguramente en una persona triste y cerrada. Sintió mucha tristeza y vergüenza y no quiso dejarlo así.

Se levantó del sofá hasta caminar a la entrada del templo, observó que su hermano no venía y cerró las puertas de madera recién instauradas al templo cerrándolo con seguro por detrás.

- Está bien Milo lo haré... pero, esto queda entre nosotros.

¡Listo...!

- Entre nosotros Shun. Esto no saldrá de aquí. – Respondió Milo con seriedad.

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- Uh... no hay nadie conectado.
- Que lástima. – Comentó Aioria sentado a propósito a su lado frente a la computadora, casi espiando lo que hiciese para que se aburriese rápido.
- Ni modo, esperaré en el templo de Acuario, muchas gracias Aioria.
- No tranquilo. Y no te vayas, a decir verdad también estoy aburrido y talvez podríamos encontrar algo que hacer.
- ¿Algo como qué?
- No lo sé, no soy muy creativo.
- ¿Qué haces normalmente cuando estás aburrido?
- No sé, me meto en la computadora hago algo, no sé...
- ¿Algo como qué?.
- Como... ver porno jeje...


Última edición por spica66 el Miér Jul 30, 2008 7:19 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Apuesta entre amigos (Milo x Shun/ Aioria x Hyoga) (Lemon) (De Oliver Espectro)   Apuesta entre amigos (Milo x Shun/ Aioria x Hyoga) (Lemon) (De Oliver Espectro) Icon_minitimeMar Jul 29, 2008 5:36 am

Paso 4: Excitarlo.

- ¿Ves porno?
- Jeje, bueno... algunas veces, no muy seguido. ¿Te sabes alguna página? – Comentó Aioria escribiendo una en el navegador como quien no quiere la cosa.
- No, la verdad no, pocas veces he usado Internet.
- Ah. Entonces te estrenarás conmigo...
- ¿Perdón?
- Viendo una página porno, digo...
- Eh... no sé, supongo pero... – Los brazos de Aioria estaban rodeando a Hyoga supuestamente para con una mano sostener el ratón y con otra escribir con el teclado. – Pero la verdad me da algo de vergüenza Aioria.
- A mí también me da algo de pena la verdad. – Dijo este supuestamente admitiendo. – La verdad es que... cuando veo porno siento que soy capaz de cojerme el primer trasero que se me atraviese jeje...

Eso había sido muy sugerente. Talvez algo directo, hasta Hyoga captó la idea pero enseguida pensó que no debía tratarse de eso, debía obviamente a estarse refiriendo a cualquier mujer. Pero... estaba comenzando a hacer un calor atroz.

- Ohhh... – dijo Aioria casi en un susurro sin moverse de su posición cuando la página cargó y mostró a una mujer joven haciéndole sexo oral a un hombre. – Lo que yo no daría porque alguien me hiciese eso... – Comentó muy bajo, con el sentido de no hacer mucho escándalo ya que ver eso era hacer una travesura, pero con el doble sentido de hacer una propuesta a un Hyoga ya comenzando a hervir. - ¿Tú no?
- ...Si. – Admitió Hyoga. – Yo también.
- Debe sentirse... bien. Muy bien... – comentó lentamente mientras movía el mouse y se aproximaba mas a Hyoga fingiendo no alcanzar, con sus piernas abiertas y entre ellas la silla donde el rubio se encontraba.
Hyoga tragó en seco.
- Debe ser... bien cálido. Sabroso... sobre todo en esa zona que es tan... sensible. Tan fácil. Uff no vale, ya me excité...perdona. –
Que Aioria admitiese eso de por sí y mantenerse recto en esa silla no era una tarea fácil, pero que él lo hiciera y además en la posición que se encontraba lo era aún menos.
- Disculpa Hyoga... ¿te molesta que me masturbe?.
El rubio tragó en seco, la verdad era que se sentía algo incómodo, pero negó con la cabeza, la verdad sintiendo curiosidad de ver al fin el miembro sexual de aquel hombre tan caliente.
- Uff... lo que no daría yo porque alguien me hiciese esto a mí. – Lanzaba Aioria indirectas. – Sería capaz de hacer lo que fuese... ¿tu no Hyoga?
La verdad era que eso era lo que lo hacía poner mas nervioso, el que éste le agregase a la conversación, le inmiscuyese en sus deseos...
- Si... si yo también. –
- ¡Pero no seas penoso!. Estoy seguro que tu también estás queriéndotela hacer... ¡no tengas vergüenza!
- No Aioria de verdad tranquilo jaja tu sigue... – estaba sudando.
- Vamos a quien engañas. Me haces quedar mal estando yo solo desnudo... ¡Vamos anda!.
- No, no Aioria de verdad me da pena.
- ¿Pena?. Jaja... ¡Conmigo no tienes por qué ser penoso yo te voy a quitar la pena!.
- ¡No, no hace falta no!.
- ¡Hyoga!. ¡Te voy a bajar el pantalón si no lo haces tú!
La idea lo hizo estremecer. Se levantó de la silla, sonriendo de puro nervio.
- ¡No Aioria, no!.
- Hazlo... – advirtió el león dorado.
- ¡ME DA PENA! – Dijo mas alto Hyoga.
- A la una... –
- ¡No, no me la vayas a quitar!.
- ¡A las dos!.
- ¡No, no!. ¡¿Qué haces?!.
- ¡A las tres!.
De una, Aioria le bajó el pantalón junto con la ropa interior y pudo ver claramente que Hyoga si ocultaba el estar excitado. Su miembro se encontraba erecto y expectante.
- ¿Ves, eso es todo? –

Tomó la mano de Hyoga y le obligó a auto colocársela en su propio miembro.

- Mastúrbate con confianza. Estamos entre amigos...

Aún dudoso pero con miedo a decir mas, Hyoga se colocó rojo como un tomate y lentamente comenzó a masturbarse.

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- De verdad que no entiendo Milo como te atrevías a pensar que lo tenías pequeño. – Dijo un Shun un poco mas que seguro, rayando talvez en lo molesto.

El miembro de Milo se encontraba en el aproximado de los 22 o 23 centímetros, mientras que el suyo alcanzaba los 15 centímetros por encima del promedio de los de su edad. El ocioso de Milo incluso había obligado e insistido hasta que se los habían medido con una regla.

- Jejeje... lo lamento, es que... a simple vista pareciese que el tuyo es mas grande... – Comentó Milo señalando hasta tocar con su dedo el miembro de Shun, para quien ese ligero tacto no pasó desapercibido.

Paso 5: Contacto.

Hubo un silencio unos instantes y cuando Shun se disponía a subirse el pantalón, Milo volvió a tomar la palabra deteniéndolo en el acto.
- Shun... ¿que tal si... yo te toco y... tú me tocas?
- ¡¿Cómo?!
Milo le tocó una vez mas su miembro con el dedo índice y enseguida lo quitó.
- Así... rapidito.
- No sé Milo, mi hermano ha de estar por llegar.
- Tranquilo ese toca la puerta. Siéntate. – Lo tomó del brazo y lo hizo sentar de nuevo a su lado. Y sin esperar ninguna respuesta mas de Shun y abusando del contacto dicho, tomó el miembro de Shun con una mano y comenzó a masturbarlo, haciendo hincapié en el glande de por sí hinchado y excitado.
- Ay... Milo... me... –
- Shh... tranquilo, solo estoy probando una cosa. Creo... que soy eyaculador precoz.
- Eyac... eyacula...dor... pre...?
- Coz. – Completó Milo mas rápido que como Shun hablaba entre jadeos. – Tu solo déjate hacer, ¡que hasta seguro que lo estás disfrutando picarón!. Yo solo quiero ver esa cosa mas nada.

Shun se sintió avergonzado. Realmente... ¡¿Cómo no estarlo disfrutando?!. Su molestia repentinamente se le había olvidado y aunque le atemorizaba la idea de que su hermano llegase en cualquier momento no le provocaba que Milo se detuviese, para nada, tenía unas manos que sabían dar el mejor de los placeres. Si seguía así pronto lo haría acabar.

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Los jadeos y gemidos de Hyoga salían de su boca a pesar de lo arrugado que tenía el rostro. Estaba rojo no solo de vergüenza, sino de calor y excitación, una de sus manos posada sobre los cabellos de Aioria quien concentraba su boca en hacerle sexo oral a Hyoga de la misma forma que la página web.

- A... Aioria yo... yo no sé si... Ahhh – Aioria separó su boca del miembro de Hyoga no quería que terminase aún, Hyoga tomó aire y finalmente pudo hablar. – Yo entendí cuando me pediste que perdiese la pena y nos masturbáramos a... nosotros mismos, o incluso cuando yo te lo hacía a ti y tu a mí pero... no sé si nos estemos pasando de la raya.
- ¿Pasando de la raya de qué Hyoga?. Nadie va a saber esto... al menos yo no lo voy a decir. ¿Tu si?
- ¡No pero...!
- ¡Tranquilo!. – Comentó Aioria. – Te lo dice un hombre mayor, todos hacemos esto en algún momento es normal. Además... ¡¿Dime que no te gustó?!.
- Pues si pero...
- ¡Entonces es tu turno!.
- ¿Yo?.
- ¡Claro!. No seré yo todo el tiempo, si quieres que lo siga haciendo compláceme tu un rato.
- Es que no estoy seguro si quiero continuar.
Aioria se bajó una vez mas y dio una chupada y lamida mas al miembro de Hyoga. El rubio no se hizo esperar.
- ¡Ok, Ok!. – Dijo de una vez decidido a no renunciar a tal delicia. – Dejame me agacho y me lo como todo.

Eso era lo que quería oír. Aioria Sonrió incorporándose mientras Hyoga bajaba sin quitarle la mirada de encima. Sonriendo. Seguramente Milo no habría podido llegar mas lejos de ahí.

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- Ohhh ¡MILO!.
- Calma Shun, al principio duele un poco pero es normal.
- ¡Pero AHHHHH!.
- Shhh... ¿entró?
- Si... si ya entró.
- Lo dejaré así unos instantes.
- Pero... pero es que no entiendo por qué... porque justamente querías probar de este modo.

Paso 6: Confesar para próximas repeticiones.

- Shun, esta bien lo acepto.
- ...??
- Quería que llegáramos hasta aquí. – Dijo mientras continuaba masturbando su miembro y con su pene introducido dentro del cabellos verdes. – Pero talvez me he dejado llevar y ... tienes todo el derecho de irte, ya no te molestaré mas. –
Milo paró de masturbarle y salió de su interior.
- NOOOOO... – Gritó Shun tapándose al imaginar que alguien pudiese oírlos. Milo alzó una ceja. - ¡Ahora no me vas a dejar así!.
Shun se auto colocó en posición e hizo que Milo le penetrase echándose hacia atrás, luego tomó la mano del caballero y la colocó en su propio miembro.
- ¡Ahora terminamos con esto carajo!.
- Bueno Shun, lo haré solo porque tú me lo pides. – Dijo Milo sonriendo detrás de él con tal no podía ser visto.

A partir de aquí... solo había un paso final.

Paso 7: Hacerlos estallar de placer.

- ¡Miloooo!. –
- Aguanta Shun. ¡Aguanta!. – Dijo Milo mientras le mordía la parte trasera del cuello como si un gato en faena de reproducción se tratase.

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- UHF Hyoga...
- Ohh ¡Como duele Aioria!... – Comentaba Hyoga apretando el rostro. – Luego tú tendrás que cambiar de lugar conmigo!.
- Como quieras hermoso cisne. – Admitió Aioria mientras lo tomaba de las nalgas repartiéndole intensas embestidas. – Pero hago todo por estar en un lugar tan estre... Estre...!!... ¡AARRGHHH!... –
Lo hizo apropósito se salió de dentro de Hyoga y terminó derramándose a los alrededores de su entrada. Había sido delicioso.

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Por otro lado, Milo seguía jadeando e embistiendo a Shun sobre el sofá mientras este no había podido aguantar y se encontraba derramándose sobre el sofá en múltiples espasmos. Solo minutos después el escorpión llegó al orgasmo y se derramó dentro de Andrómeda, quedando ambos en jadeos sobre el colchón.

Pasaron algunos instantes así cansados, tensos, ardientes y ruidosos, cuando un sonido tocó en la puerta.

- ¡Milooo...!. ¡Shun!. – Dijo una voz masculina. – Que raro... Shaka me dijo que había visto a Shun subir hasta acá.
- ¡Mierda Ikki!. – pensaron ambos a la vez.
- ¿Shun? – escuchó Ikki desde afuera.
El chico de cabellos verdes volvió a taparse los labios y a vestirse rápidamente. Mientras que Milo le ayudaba lo mas rápido que podía. Mientras que Milo le admitía en susurros al cabellos verdes, que él había inventado esa carta, y que no sabía que demonios hacia Ikki llegando a su casa.

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Mientras desde la casa de Leo, pudo sentirse una explosión fuerte de una cosmoenergía.
- ¡Camus!. – Gritó Aioria ya vestido llevándose una mano a la frente.
- ¿Camus? – Preguntó Hyoga extrañado y a la vez asustado.
- Eh... si jeje... creo que debe haber llegado a su recinto jeje.
- Pero si no le he hemos visto Su... – Ahí Hyoga captó. - ¿Estaba en su cuarto verdad? – dijo mirándolo con molestia pero luego que lo pensó dos veces, con normalidad, había pasado un buen rato.
- Si. Encerrado y dormido con pastillas. – Agregó Aioria como quien no quiere la cosa.
- Y Esa cosmoenergía, debe haber sido él rompiendo la puerta.
- Exactamente...
- Debe estar muy molesto.
- MUY... molesto.
- AIORIAAAAAAAAAAAAAAAAAA.... –

Se escuchó un grito desde el otro lado del santuario, alguien, estaba en verdad muy molesto. Al león le cayó una gota de sudor por la cien, él le había dado chocolate y ya se habría dado cuenta que fue él quien lo hizo dormir.

- Creo que me toca huir Hyoga eh... jeje... Adiós... – comentaba nervioso tratando de bajar las escaleras, cuando en eso, alguien que también venía corriendo chocó contra él.
- ¡REGRESA AQUÍ ESCORPION DEL CARAJO!. –
- Disculpen... Uh... perdon... – les sonrió Milo a Hyoga y Aioria y siguió corriendo junto con Aioria.

Hyoga pudo ver seguidamente como Ikki pasaba por su lado persiguiéndolo casi botando humo por las orejas.
- ¡¿Qué le has hecho a mi hermano Maldito infeliz?!.
Y para su sorpresa, a un descontrolado maestro que ni siquiera se detuvo para saludarlo. Talvez ni notó su presencia.
- ¡ES QUE CUANDO TE AGARRE AIORIA!. ¡HASTA A AIOROS LE VA A DOLER!.

Quien sabe cuando duraría la carrera...

- ¡Niisan!. ¡Hermano espérate!. ¡Puedo asegurarte que lo que viste fue un error!. ¡Ikki!. – Gritó Shun persiguiéndolos a todos a medio vestir, con el pantalón y camisa mal puesto, se detuvo cansado al lado de Hyoga, jadeando de cansancio.
- Creo... que es el fin de Leo y Escorpio. – Comentó el rubio. - ¿Qué hacías en casa de Milo?. – Pregunta un rubio sospechoso al verlo a medio vestir, ahora con su mente mas creativa que nunca.
Shun tragó en seco.
- Me enseñaba unas tácticas.
- ¿Tácticas?. Ahhh... justo lo que hacía Aioria conmigo.
- ¿Sip?
- Si.
- ¿Me las puedes enseñar? – Preguntó Shun sonrojado. – Lo que pasa es que... tenía vergüenza de decírtelo, pero la verdad es que... hay algo que me acompleja.
- Ohh pobre Shun... ven amiguito. Metámonos en internet un ratito, mientras me cuentas que es eso que te acompleja...
Le tomó de la cintura empujándolo lentamente hasta donde se encontraba la computadora de Aioria. Mientras Shun fingía tristeza, mientras le comentaba de ese lamentable complejo que lo hacía sentir menos caballero y menos hombre...

FIN
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