Holas!!! pues este es el último fic que escribí n_n
no es la gran cosa pero bueno.... uno que quiere
sentirse escritora jajajajajajaja
Espero les guste el fic n_n
THE SEDUCE OF SEA
El negro manto de la noche se cernía a su alrededor, esa noche había decidido abandonar la comodidad de su departamento y se dirigió a un bar cercano, empujó la puerta del establecimiento y se introdujo en él
El juez al ver al griego se removió in poco incomodo ya que no le había visto desde que se enfrentaran en el inframundo, sin embargo el menor de los gemelos se acercó a él con paso decidido, tomó asiento quedando justo frente al inglés y le regalo una sonrisa
- ¡Hey Rada! Que alegría verte
El rubio parpadeó un par de veces algo sorprendido sin responder nada, cosa que provocó que el heleno se levantara de su asiento, se inclinara sobre la mesa y dejara su rostro a escasos centímetros del otro
- ¿Qué sucede? –Sus orbes esmeraldas se posaron en el vaso que el rubio sostenía en una de sus manos- ¿Acaso el licor tiene algo? –de un rápido movimiento le arrebato la copa y se la llevó a los labios, degustando el sabor de aquel líquido- Pues no tienen nada –finalizando se relamió los labios de forma provocadora, para enseguida retomar su lugar en la silla
Un gruñidito fue lo único que obtuvo como respuesta del serio espectro
- No sucede nada…… y si pasara algo no tengo porque decírtelo “géminis”
- ¡No soy géminis! –frunció el ceño- en primera, el caballero de géminis es mi hermano, en segunda yo soy “Dragón Marino” y tengo un nombre, y ese es Kanon y te aseguro que me agrada mi nombre
- Bien “Kanon” -contestó enfatizando sobre todo en su nombre, dándole a entender con ello que había captado el punto- Al parecer no recuerdas como fue la última vez que nos vimos
-Mmmmm…. –lleva uno de sus dedos y lo coloca sobre sus labios, fingiendo que intenta recordar- claro que lo recuerdo, nos vimos en el Inframundo, mientras peleábamos en la última guerra santa –se encoge de hombros, restándole importancia al asunto- ¿Qué acaso tu no lo recuerdas?
- Claro que lo recuerdo –lo observa con cierta curiosidad- después de eso no se como no me odias…. ¡Tuviste que dar tu vida por mi!
- ¡Bah! No te creas tan importante, no di mi vida por ti, lo hice por Athena, debía acabar contigo y sin armadura no tenía otra opción, pero si hubiera tenido la armadura todo habría sido diferente –calla unos segundos- pero como dicen, el hubiera no existe, y lo que paso… ya paso, no vivas rumiando los malos recuerdos
- …. –le regala una débil sonrisa- puede que tengas razón, pero no soy como tu, no puedo olvidar las cosas con tanta facilidad
- Bueno, piénsate las cosas –le guiñe un ojo y en seguida mira su reloj, para levantarse con cierta pesadez de su lugar- ¡Por Poseidón! ¡Si ya es tardísimo! –vuelve a sonreírle y acerca de nueva cuenta su rostro al del ingles, depositando un beso sobre los labios del rubio- nos veremos luego Radamanthys
Sin más se marcho del lugar dejando a un muy sorprendido juez, sus ideas de por si estaban demasiado confusas y aquel contacto de sus labios con los del peli azul le había confundido aún más, ¿Qué se proponía? ¿Estaba jugando con él? Se levanto furioso de su sitio, dejo unos billetes, suficientes para saldar su cuenta y salió tras el heleno, necesitaba una explicación…. ¡Y la necesitaba ya!
El peli azul no iba muy delante de él, por lo que apresuro su paso, sin acercarse demasiado y evitar así que el griego le viera
Kanon rebuscó en los bolsillos de su pantalón, de donde sacó unas llaves y cruzó la ave3nida, para entrar en el edificio que estaba en frente, caminó por los pasillos y abrió la puerta de el departamento, aventó la puerta sin esperar a oírla cerrar, se quitó la chamarra y la aventó en el sofá, se encontraba de espaldas a la puerta, cuando sintió un par de brazos rodearle por la cintura, un escalofrío recorrió su espina dorsal e intentó girarse para ver quien se había atrevido a cometer tal osadía; los brazos de su captor lo pegaron a su cuerpo, acercó su rostro al cuello del heleno, con su nariz rozó aquella sensible piel.
Kanon sintió la respiración del otro sobre sí y segundos después una suave voz llegó a su oído
- ¿A que crees que juegas? –su voz sonó muy amenazadora para su gusto- Necesito una explicación y la quiero ya
- ……… -estaba sorprendido, esa voz….. No podía equivocarse- ¿Radamanthys? –preguntó inseguro el heleno
- Si –lo tomó de los brazos y le hizo girarse, dejándolo frente a si- ¿Porqué lo hiciste? –insistió el rubio
- ¿Hacer que? –cuestionó el peli azul, genuinamente confundido
- Me besaste –le recordó Radamanthys
- ¿Te molestó? –Pregunto un tanto nervioso y bastante preocupado- lo lamento –dijo avergonzado recordando el acontecimiento en aquel bar- no se repetirá
Se soltó del agarre del juez sin embargo Radamanthys lo tomó de los hombros y le empujó hasta dejarlo entre la pared y su pecho
El peli azul estaba paralizado, no podía creer que esto le estuviera pasando a él, ¡nunca pensó que el alto ingles se molestara tanto por tan sólo robarle un beso! Y él que pensaba en hacer otras cosas, lo único bueno fue que no hizo nada más, cuando al fin pudo reaccionar vio el rostro del espectro demasiado cerca del propio por lo que colocó sus manos sobre el pecho del otro y le empujo, sólo lo suficiente para alejarlo de si
El inglés miro divertido la reacción de el marina, tomó las manos de el otro y las pego contra la pared para evitar que siguiera golpeándolo, si a eso se podía decir golpear, luego de quitarse las manos del dragón marino de encima, volvió a acercarse a él
Cuando Radamanthys estuvo a punto de besarlo giro su rostro, logrando que el juez posara sus labios sobre su mejilla en lugar de sus homólogos; el juez bufó un tanto molesto por lo difícil que se estaba poniendo el dragón marino, primero le había besado en el bar ¡y ahora le huía!..... Definitivamente el griego estaba loco, pero sería suyo….. ¡Radamanthys de Wyvern siempre conseguía lo que quería! Y en ese momento quería al Dragón Marino.
Radamanthys cambió de estrategia, con una de sus manos apresó con fuerza las muñecas del Dragón Marino y con la mano que aún tenía libre tomó su barbilla y capturó los labios del marina con los propios, Kanon intentaba soltarse del férreo agarre del otro, pero luego de forcejear unos instantes, termino por rendirse ante Radamanthys, se dejo guiar por los labios de él, dejo que la experta lengua del rubio recorriera su cavidad, el rubio al ver que el marina se rendía ante él, colocó una de sus piernas entre las del géminis, el aire comenzaba a faltarle al peli azul por lo que con cierta reticencia se separó del rubio, inhalando todo el aire que sus pulmones le permitían, Radamanthys sin embargo al verse privado de los labios del heleno se dirigió a su cuello, donde dejo primero suaves besos y al ver que el otro no protestaba, comenzó a dar suaves mordidas a el peli azul, enrojeciendo su piel canela, marcándole como su propiedad.
Kanon hecho su cabeza hacia atrás, dándole al rubio más acceso a su cuello, paso sus brazos por el cuello del inglés, eliminando toda la distancia que separaba sus cuerpos, las manos del inglés se colaron por debajo de la camisa que el heleno portaba ese día, la temperatura de ambos cuerpos comenzaba a elevarse, Radamanthys abandonó el cuello del griego y el beso que le robó al marina, era mucho más profundo y demandante, además de que lo hizo retroceder, hasta que chocó con el sillón y Kanon se dejo caer sobre aquel mueble, el rubio se acomodó sobre él mientras sus manos comenzaban a recorrer su perfecta anatomía, instantes después se alejó un poco de el heleno
- Vayamos a un lugar más privado - susurró, mientras lo continuaba besando - ¿Qué tal a tu recámara?
- Muy bien pensado
Le sonríe de forma traviesa, el inglés se levanta del sillón y toma a Kanon de la mano, ayudándole a levantarse de el, en cuanto se encuentra de pie vuelve a asaltar sus labios, luego bajan por su cuello, las manos del griego se enredan en el cabello de el espectro, Radamanthys le empuja hasta llegar a la habitación y le avienta a la cama, para luego acomodarse sobre él, de inmediato Kanon coló sus manos en la camisa del temible juez, rozando con delicadeza la piel de su pecho, el inglés sólo le regaló una sonrisa que no tenía nada de inocente, luego de ello el heleno no espero más, desabotonó la camisa del rubio lo más rápido que sus manos le permitieron, se la saco con desesperación y la tiro a un punto cualquiera de su habitación, el espectro río ante la desesperación del marina
- Te enseñare como se hace…. Kanon –susurro en su oído, provocando un escalofrío en el peli azul, sus manos pronto comenzaron a desabrochar los pocos
botones que tenía la polo que llevaba el chico debajo de él, alzó la tela con parsimonioso deleite y roso con las llemas de sus dedos la bronceada piel del heleno- Desde que sentí tu tacto el día que nos enfrentamos en el inframundo no pude olvidar el deseo que despertaste en mi, y hoy en el bar… sólo lograste que me decidiera a lograr tenerte…. Nunca debiste jugar con fuego
Le quito la polo, descubriendo que el griego le facilitaba las cosas, al momento de quitarle la polo, alzo los brazos para que se la quitara sin molestia, en recompensa por la “ayuda” que le brindó, acarició el pecho de el marina, dedicándole especial atención a los sonrosados botones, logrando que el griego gimiera débilmente
El griego tomo el rostro del juez y lo beso con pasión y deseo, haciendo a Radamanthys temblar por aquel contacto, las manos del juez acariciaron con insistencia los costados de el otro, logrando hacerlo jadear, su respiración se agito y sin poder evitarlo más, el griego alzó sus caderas haciéndolas rozar con las de su ahora amante, el Wyvern ahogó un gemido de evidente placer en los labios del heleno.
Pronto, las demás prendas que cubrieron se hicieron sumamente estorbosas para ambos, deseaban sentir la piel del otro, deseaban que el otro les tocase como nadie antes lo había hecho, para Radamanthys eso no era fácil, era un Juez del Inframundo, no iba por todos lados tirándose al primero que se encontrara, en tanto Kanon, no había tenido tantos amantes como creía su hermano, el era coqueto por naturaleza, más no se acostaba con todos…. Era un General, era el único que había engañado a los dioses…. ¡No se acostaría con cualquiera que le dijera unas palabras bonitas!
Kanon intentó varias veces ser el que dominara la situación, sin embargo no podía conseguirlo, cada intento se veía frustrado por Radamanthys, el rubio tenía cierto encanto que le hacía ceder de inmediato….. Patéticamente débil para su gusto, ¡pero como decirle que no al rubio, la mirada dorada de el inglés busco las esmeraldas de su amante, el cual entendió a la perfección lo que venía
- ¿Quieres que continuemos? –cuestionó Wyvern, era cierto que no quería parar pero no iba a obligar al dragón a hacer algo que no quisiese
- … -Parpadeó un par de veces, sorprendido por la pregunta de Radamanthys, por lo que ningún sonido podía abandonar su garganta, asintiendo como única respuesta
Radamanthys tomo a Kanon y le hizo incorporarse a medias y después le giro, dejándole recargado sobre las palmas de sus manos y sus rodillas, su cabello azul le cubría la espalda y su flequillo le tapaba el rostro, Radamanthys se colocó tras él haciéndose espacio entre sus piernas, con delicados roces retiro el cabello que cubría su espalda y su nuca, poso sus labios sobre esta ultima y con delicados besos recorrió toda su espalda, haciendo que el griego se arqueara de pasión, cada vez gemía más fuerte
Mientras le besaba introdujo uno de sus dedos en el estrecho orificio, moviéndolo en círculos, Kanon se removió un poco incomodo, luego de unos instantes otro dedo se introdujo y siguió los movimientos de su compañero, Kanon dejo de sentir molesta esa intromisión y pronto comenzó a jadear debido al movimiento de aquellos intrusos, el rubio retiro aquellos falanges y un suspiro de frustración y anhelo abandono los labios del peli azul
El inglés acercó su miembro a la entrada de su amante, entrando con lentitud para evitar causarle algún daño, el griego gimió fuertemente al sentirse lleno del rubio, Radamanthys se quedó quieto unos momentos, el peli azul respiraba agitadamente, intentando acostumbrarse a la intromisión del rubio
- Se que esto te duele un poco, pero como Juez que soy, puedo asegurarte que te retribuiré bien, a lo justo el placer por el dolor que has sentido
Una suave risa abandonó los labios del peli azul, el cual movió sus caderas lentamente dándole a entender que estaba listo para continuar
- Te hare sentir el placer mas infinito y ya veras como disfrutas –añadió el rubio mientras comenzaba a embestirle al ritmo que le marcaba el griego, el cual fue aumentando de ritmo al sentir la estrechez del gemelo al subyugar su miembro toma entre sus manos sus caderas, profundizando mas el contacto, aquella estrechez le hacia volverse loco, estaba seguro que a este paso no aguantaría mucho. Apresuró aún más sus embestidas, sintiendo como los músculos del menor se tensan aprisionando mas su miembro en el.
Un grito escapa de los labios de ambos amantes, indicándoles que han llegado al clímax, el griego pierde el apoyo de sus manos y se deja caer sobre el colchón de su cama aun con las caderas en alto, en tanto el rubio abandona con delicadeza el interior del peli azul, luego se tira aun lado del griego, ambos se quedan en silencio, intentando regularizar sus respiraciones y lo acelerado de sus corazones
- Radamanthys…. – llamó suavemente el peli azul, al momento que se recargaba en el pecho del rubio, un leve gruñidito abandonó los labios de éste, clara muestra de que le estaba prestando atención- para la próxima vez, lo mínimo que puedes hacer es tocar la puerta…. ¡Me has pegado un susto tremendo!
El rubio elevó una de sus cejas sorprendido por el comentario- Eres demasiado extraño –el peli azul se giro para verlo- después de todo lo que ha pasado esta noche… ¿Lo único que puedes decirme es que para la próxima toque la puerta?
El griego le regalo la mejor de sus sonrisas, tomó su camisa del piso y se marcho de la habitación, luego de unos cuantos minutos entro de nuevo a la habitación, llevaba una botella de vino y dos copas, las lleno hasta la mitad y le entregó una al espectro, luego se sentó a su lado y chocó su copa con la de el juez
- ¡Brindemos por nosotros! –replicó alegre
- ¿Nosotros? –repitió el rubio
- ¿Acaso ves a alguien más en el departamento? –respondió con cínismo
- ¡No me hables de ese modo!
- ¡No me digas que debo hacer!
Se miraron un momento y luego rieron, Radamanthys llevó su copa a los labios, degustando el dulce sabor del vino en su paladar, luego se acercó al peli azul, quitándole la copa y dejando ambas sobre la mesa de noche, acercándose a sus labios
–Bien….. por nosotros
FIN
El final es horrible!!! Pero mi imaginación no dio para más u.u