.:Templo de Cancer:.

El Templo de Cancer es un lugar sombrio que sin lugar a dudas haria las delicias de Marilyn Manson y de todos sus seguidores. A las ya habituales calaveras, Mascara de Muerte habia ambientado el lugar con algun detalles mas, como cortinas de terciopelo negro y rojo oscuro, ataudes, varias botellas de absenta en botellas viejas con aires macabros y la permanente oscuridad solo aliviada por velas en cadelabros decorados en exceso con rosas espinosas de color negro

FDI: Siempre quise un pj gotico, y a DM le venia de cine XDDD

Desde que estoy afuera puedo notar lo único que es Death Mask a la hora de decorar; ¡tiene un olor a muerte que ni en mis peores pesadillas se podría igualar! En todo caso, me siento en la obligación de ir a ayudar a mi querido Cangrejito para que deje esas malas fachas de su Templo y le ponga un poquito más de color y vida. ¡Quién mejor que yo para eso!

-¡Maskyyy! -saludo, echando hacia atrás mis rizos largos (y sedosos), para encontrarme en medio de su Templo tan... gótico- ¿Estás, Cangrejito? -pregunto, encogiendo los hombros, un poco amedrentado por el aspecto de la Cuarta Casa.

-¡Maskyyy!

Reconoceria esa voz aunque estuviera totalmente sordo. No podia ser otro que Afrodita de Piscis. Mascara de Muerte dejo sobre el sofa el libro que estaba leyendo, y termino, de un solo trago, la copa de absenta que habia estado saboreando hasta hace poco. Un cigarrillo medio apagado aparecio en su manos derecha, mientras la izquierda daba un estiron a un chaqueta y pantalones negros, elegantemente combinados con una camisa blanca medio abierta

- ¿Estás, Cangrejito?

- Aqui me tienes- dio una calada al cigarro antes de apagarlo en un cenicero decorado con rosas. Por extraordinario que pudiera parecer, Mascara de Muerte ensayo una sonrisa para Afrodita.

¡Con que fumando! Ya estoy por reprenderlo, pero creo que en lugar de eso esbozo una sonrisa al verle tan guapo y con esa sonrisita tan atípica en él. Levanto el mentón, orgulloso de que me muestre ese gesto, y me acerco hasta él para abrazarle por el cuello y comprobar que la combinación de su ropa es fan-tás-ti-ca.

-Por un momento pensé que no me recibirías -le dije, dándole un sonoro beso en la mejilla y pasando hasta la sala con un contoneo-, pero está muy bien que te acuerdes de mí. Por eso estás siendo tan amable, ¿verdad?, porque me adoras.

Le sonrío, absolutamente convencido de que las cosas deberían ser del modo que yo acabo de describir, y me siento en el sofá más cercano que encuentro; cruzando una pierna, doy una palmadita al asiento de al lado.

-Hoy te ves muy sexy -comento, enarcando una ceja-, ven a sentarte conmigo.

Mascara de Muerte mantiene esa sonrisa, solo porque sabe que a Afrodita le gusta verla. A veces le parece sencillo el poder complacer al caballero de piscis. Le abraza brevemete por la cintura para que pueda besarle en la mejilla

-Por un momento pensé que no me recibirías

- Oh vamos...! ¿Como podria yo dejar esperando en la puerta al caballero mas encantador de todo el santuario? - le dije con un gesto encantadoramente sexy

- Pero está muy bien que te acuerdes de mí. Por eso estás siendo tan amable, ¿verdad?, porque me adoras.

- Yo siempre me acuerdo de ti pececito, ¿acaso lo dudas?- Mascara de Muerte deja de escapar una risa traviesa al tiempo que entra al templo

- ¿Que puedo ofrecer? Creo que tengo por ahi algo de vino frances... Excelente, estoy seguro de que encantara... Si prefieres abro las cortinas... Tal vez ese ambiente romantico tan encarecido y sobrio te resulte molesto

Vaya, vaya... Si que estaba encantador en el dia de hoy. Tal vez se habia levantado con el pie derecho.

-Hoy te ves muy sexy ven a sentarte conmigo

- Eres muy amable, Dita. Tu como todos los dias, te ves esplendio- Mascara de Muerte acepta su invitacion

-¡Ah, qué bueno que te acuerdes siempre de mí! -sonrío, con mi ego ampliamente complacido- Ya sabes que es mutuo el pensamiento... Por eso vine a verte, creí que sería más fácil que yo saliera de Piscis a que tú dejaras tu Templo. Y no te preocupes por las cortinas, si dan un toque romántico ya sabes que me gustará.

Le hago un guiño, removiéndome en mi asiento, emocionado porque al fin Masky reconoce que soy todo un encanto. ¡Debería recompensarlo! Le doy un beso en la mejilla y me recargo en su hombro, tomándolo también del brazo para que no se me escape. Aunque la verdad me resulta un poco extraño. Me permito acariciar sus cabellos y jugar con sus mechones mientras le digo:

-El vino puede esperar, Cangrejito, es muy temprano para estar borracho. Además hace mucho que no te veo y prefiero que te quedes junto a mí -levanto la mirada y le sonrío con coquetería, agregando con voz de seda:-. ¿Me extrañaste?

- Ah, qué bueno que te acuerdes siempre de mí!

Mascara de Muerte sonrio. Era facil poder hacer feliz a Afrodita...

- Ya sabes que es mutuo el pensamiento... Por eso vine a verte, creí que sería más fácil que yo saliera de Piscis a que tú dejaras tu Templo. Y no te preocupes por las cortinas, si dan un toque romántico ya sabes que me gustará.

- ¿Y bien? ¿Que tiene de malo mi templo? Es un lugar sumamente encantador... Que conste que no tengo nada en contra de todas las rosas que decoran tu templo... Resultan agradable... Aunque tanto perfume...

El brazo de Mascara de Muerte se posa sobre su espalda, de forma agradable y algo tierna en el.

-El vino puede esperar, Cangrejito, es muy temprano para estar borracho. Además hace mucho que no te veo y prefiero que te quedes junto a mí¿Me extrañaste?

- Por supuesto encanto...- la mano que le queda libre acaricia suavemente el menton de Afrodita- ¿Acaso lo dudas?

-¡El perfume es lo mejor de todo! -le respondo, pero antes de proseguir con mis reclamos, siento su brazo rodear mi espalda.

Vale, vale, quizá me sonrojé un poco, ¡pero eso no quiere decir nada! Obviamente, no me voy a mover, nada más porque soy una buena persona y no quiero romper el escenario y eso...

Lamentablemente, no parece que Death Mask quiere que sea una buena persona. ¡Al contrario!, con esa actitud hará que salga lo más salvaje de mí, y quisiera advertirle que después no respondo. Ah, no, mucho menos si me toma de la barbilla así y me habla tan dulce, tan encantadoramente. Enarco una ceja y muevo los hombros seductoramente para acercar mi cuerpo un poco más al suyo.

-No es que lo dude -murmuro suavemente-, pero hay buenas formas de demostrarlo...

Mis labios rozan peligrosamente los suyos, uno, dos segundos... Y se separan sin llegar al beso, pues yo me pongo en pie con un gesto juguetón y le extiendo la mano.

-Ahora sí puedo aceptarte el vino, Cangrejito -sonrío, mesando mi cabello y mirándolo directamente.

El tema queda cerrado puesto que Linue ha dejado libre a su personaje.