Primer Recinto .::La Caina::.

Les observa con indiferencia meintras la escena se lleva a cabo, para después tronar su boca de breve proporciones.

-Deja eso pues, puedes ir, pero más vale que regreses. ¿Me negraás aacso cuánto te gusta mi compañía Lune?-

Pregunta con marcada ironía antes de ponerse de pie, arqueando sus cejas ligeramente hasta llegar donde el joven.

-Sería mejor atarte a la silla o al escritorio, pero tu ya apaleado orgullo no lo soportaría ¿cierto? -

Sus labios sonríen con frialdad antes de permitirse abrir la puerta, observanco con desdén al espectro, retándole a irse y averiguar las consecuencias de no volver.

Le observa regresar notando un acierto aire en el espectro, mientras sus manos descansan en el regazo de su persona, se acomoda en el asiento observanco con descaro al otro, mirándole y dirigiendo de tanto en tanto una significativa mirada al otro juez.

Por un momento entreabre sus delgados labios, para cerrarlos después, sonriendo con malicia, bostezando con un aire de tedio.

Se encoge de hombros, mostrando sus dientesligeramente entre la curvatura de sus labios, antes de ponerse de pie y abrir la puerta con lentitud.

-Adelante, no retenemos más a la dama-.

Se inclinaba hacia adelante en una reverencia burlesca pese a lo sereno de su rostro, su ma no indicando el camino de la salida, una de sus cejas se arquea en es eintante de modo apenas perceptible.

MUÑECA!!!!!!!!!! AUN SE ESCUCHA MUCHO PEOR!!!!!!!!!!!! MEJOR NO ME DIRIJAS LA PALaBRA NUNCA MAS, ENTENDISTE AICOS!
ADEMAS ESTABA JUSTO POR IRME Y TU ABRISTE Y ME ENCONTRASTE PERO NI GANAS ME QUEDAN DE ESTAR UN SEGUNDO MAS AQUI

su vista se fija en el suelo- por cierto, se te cayó ese papel

AHHH (AICOS CALLA!! me comenze a preocupar sin pensarlo me abalanzo contra Aicos para cubrirle la boca, para que rada no haya escuchado nada.....)

Vaya, parece que a la Nena le molestó tu comentario Radamanthys. Huyó como si le fueramos a hacer algo que no disfrutara

Sonríe con sorna ante el comentario. Observa como Aicos abre la puerta, con casi nulo interés.

-Nunca pansé que fueras tan imbécil como para hacer eso...-

Su aterciopelada voz se hace oír, una de sus cejas se eleva al observar la escena, se dirige hasta donde están ambos, tomando la mano de Lune hasta retirarla de los labios del otro.

-Te dije que debías entender cuál es tu lugar. Sin embargo y pese a mi bondad al dejarte ir comotes dos idioteces. La primera, rompes el trabajo que tanto te costo hacer...segundo te atreves a amenazar a un superior-.

Le toma del cuello, su agarre firme elevándolo por encima del suelo, mientras sus dedos se enredan inclementes alrededor del cuello del espectro.

-sé un chico educado y dicúlpate. -le mira un instante antes de proseguir dirigiendo sus orbes ambarinas al suelo- y volverás a hacer eso-.

Sonríe con fría cortesía, girándose para retomar su asiento antes de dirigir una última mirada al otro.

-No se te olvide reponer lo que has roto, compórtate como el guerrero que se supone eres-.

Musita con tranquilidad, acomodándose en el asiento.

-¿vas a seguir jugando con la muñeca aicos?-

cuestiona con ironía.

Sonríe con desfachatez antes de desviar su mirada a otro lado.

-Dudo que la dama aquí presente sea buena para lo que necesito, después de todo no es muy delicada y tampoco es muy...-busca la palabra adecuada aparentemente, sus labios se curvean- competente-.

dirige su mirada al otro juez, antes de elevar sus hombros.

-Deberías de ser más suave con él, no querrás romper nuestro juguete-.

De sus labios brota una risa, primera que se permite en algún tiempo, para llevar su mano hasta le mentón.

-Pandora-sama no es mi estilo, y este otra dama me parece todo menos..."suitable" además ¿será que Lune puede cumplir con mis expectativas?-

Sus ojos van del espectro al juez, su rostro apenas expresa cierta emoción.

-¿Realmente eres hombre Lune?-.

Pregunta Radamanthys, aproximándose a este con velocidad para tomarle por las caderas, palpando su entrepierna.

-Mira nada más, parece que sí..-

Se ríe de buena gana antes de apartarse, tomando un pañuelo de su mano, pasando la pieza de tela por la mismapara después sonreírle con desdén.

-No creas que me ha gustado hacerlo, no soy yo quien gemía desde el baño. Mi madurez y mi condición no es tan a discusión aquí-.

Camina hasta donde se encuentra Aicos.

-No vale la pena, te lo aseguro-

Pronuncia con ecuanimidad mirando a Lune por encima del hombro.

-Retírate, ya no tengo ganas de ver ese rostro tuyo-.