Kamazutra Saint Seiya

La mirada del juez clavada en nosotros y en aquella deliciosa y delirante danza de nuestros cuerpos aun unidos era mas excitante aún, sus ojos parecian decirnos cuanto deseaba hacer algo más...pero aquella visión y la sensación del rubio dentro de mi era sencillamente orgásmisca...un verdadero delirio de placer, el poder gozar de dos hermosos caballeros...

-Creo que la mas afortunada he sido yo con vuestras caricias....

Hera y yo seguimos por faena bajo la atenta mirada del juez. Su estrecho interior causa estragos sobre mi, siento como la parte baja de mi cuerpo se mueve a un ritmo ancestral, aunque trato claro esta, de mantener el control lo mas posible. Tampoco corre ninguna prisa el terminar este delicioso interludio.
Ademas, de que el hermoso cuerpo de la diosa es una vision incomparable, y no solo soy afortunado en el hecho de poder establecer contacto visual, sino tambien puedo acariciarla a placer, algo que no se concede a menudo a un mortal.

Mis manos rodean su cintura, atrayendola hacia mi para besarla y despues posarse con algo de fuerza para inmovilizarla un poco y poder moverme un poco mas rapidamente en su interior.

Mientras sus brazos rodean con mas fuerza mi cintura atandome a el y deteniendo mi movimiento al tiempo que sus embestidas se hacen más profundas y rapidas en mi, dirijo una sensual mirada al juez que sigue sin perder detalle de nuestra pequeña lucha...

-Espero que la visión te sea grata mi querido Minos, cuando lo desees, puedes regresar a hacernos compañía...lanzando un beso con la mano, antes de besar los labios del rubio devolviendo el beso que le diera anteriormente....

-Creo que nuestro querido Juez tiene algo en mente.....le dije al rubio antes de aferrarme a sus hombros con un poco de fuerza dejando que sea el quien domine esta vez....

-Delicioso....no hay más...

-De eso no me cabe la menor duda, Hera-sama.... -conteste en referencia a Minos.

Pero por ahora....
Seguiamos ambos con la labor que habiamos comenzado, ella con sus movimientos sobre mi y tras sentir ese largo beso, bueno.... hubiera sido de muy mala educacion no devolverselo... !Ah que formalito soy a veces!, incluso en estas lides.
A veces creo que pienso demasiado, debe se la costumbre de pasarme tanto tiempo en meditacion.

Sentia sus fluidos internos envolver mi miembro al tiempo que su cavidad se arropaba sobre el.
Hera presentaba una imagen sensual en extremo, viendo como sus hermosos ojos verdes aparecian ante mi con sus dilatadas pupilas y sus largos cabellos rojos se desparramaban cubriendo y no cubriendo su hermoso cuerpo.

-Siempre te he dicho que meditar en demasia tampoco es bueno....
mas habiendo tantas cosas interesates que hacer....

La formalidad no lo abandona ni un solo segundo, pero supongo que eso le hace verse mas sensual....

Miro de reojo al juez regalándole una placentera sonrisa, antes de volver mi mirada al rubio y aumentar un poco la velocidad de mis movimientos sobre el....
Es hora de comenzar con la mejor parte del juego....

-Y quien dice que estaba meditando?... si acaso unicamente estaba manteniendo mi concentracion en una hermosa diosa de ojos verdes, cabellos largos y sedosos de color rojo y alguien que es increiblemente sensual. La conoceis de algo? -le pregunte con un deje travieso en la voz.

Entretanto ambos seguiamos implementando aquellos rapidos movimientos, dejando que en la habitacion retumbara el sonido de los gemidos que ambos dejabamos escapar, anadido a lo cual estaba el morbo de ser observados de cerca por alguien que seguramente tenia ciertas ideas que nos involucraban, pero mientras que no dijera nada, seguiriamos tal como estabamos.

Para hacer las cosas un tanto mas excitantes, decidi darle la vuelta a la tortilla, o sea, de un rapido movimiento que no se esperaba, inverti la posicion y sujete ambas munecas por encima de su cabeza con una mano, mientras besaba avidamente sus carnosos y deliciosos labios.
-Teneis razon, hay cosas mucho mas interesantes por hacer.... mi hermosa y divina Hera.

Teneis razon, hay cosas mucho mas interesantes por hacer.... mi hermosa y divina Hera.

-Y esta es una de ellas, dijo la diosa con una sonrisa lujuriosa y divertida dibujada en sus labios..

No cualquier mortal podía darse el lujo de tomar así a una diosa y hacer con ella cuanto le plazca pero esta es la excepción a la regla y al parecer el juez tambien parecía estar disfrutando de aquel espectaculo que ambos le estaban dando de frente a sus ojos, sin tapujos ni reservas de ningún tipo...

Aquel beso y la imposibilidad de utilizar sus manos le hizo sentir aún mas placer y el deseo de saber que más le podría deparar aquel ardiente cabellero de virgo que prodigaba sensuales y ávidos besos a sus labios, mientras que el ritmo de sus cuerpos al igual que el calor aumentaba de nuevo en ellos...

Siendo una diosa, su cosmos era muy superior al mio, asi que aquella inmovilidad por parte suya no era mas que una ilusion y ambos lo sabiamos, pero aquella postura le daba un toque de vulnerabilidad que la hacia verse mas hermosa de lo que ya de por si era ella.
-Exquisita.... divina....- repetia una y otra vez mientras seguia penetrandola y cubriendo su cara, sus hombros y su cuello de besos.

Besos en su mayoria que apenas eran delicados roces, acompanados de una ligera caricia con la lengua, disfrutando de su delicioso aroma.... Ni la diosa Afrodita podia compararsele en terminos de voloptuosidad y belleza...

-Si estos fueran los ultimos instantes de mi vida -susurre a su oido- mi querida Hera, moriria el hombre mas feliz del mundo.

Cada embestida era mas extasiante que la anterior, sucumbiendo al delirio del placer que le probocaba tenerlo de nuevo en su interior mientras le acariciaba y besaba sus hombros y su cuello correspondiendo a cada una de sus caricias...

No podía ya dejar de gemir, envuelta en un sin fin de sensaciones, propias del extasis, y de los continuos orgasmos que le estaba propinando debido a lo excitado de sus sentidos, percibiendo al máximo todas y cada una de sus caricas, de su esbestidas y de sus palabras, llevandola lentamente al delirio..

Si estos fueran los ultimos instantes de mi vida -susurre a su oido- mi querida Hera, moriria el hombre mas feliz del mundo.

-Serás el hombre mas feliz del mundo mi dulce amante y para eso no necesitaras morir...tan solo dejame llevarte al limite de tu ser...

Tras escucharla, me dedique a la tarea de complacerla en todo lo que me pedia, ademas de que mi deseo por ella era como puro fuego que amenazaba con abrasarme. Muy poco quedaba por ahora del avatar de Buda, el cual al menos por una vez se contentaba con ser un simple mortal a quien se le ha otorgado el mas exquisito de los privilegios existentes.

Segui empujando dentro de su cuerpo, liberando sus manos momentaneamente para llevar sus piernas por encima de mis hombros. Era una posicion un tanto incomoda para ella pero me sirvio para adentrarme mas profundamente y paradojicamente disminuir un poco la contraccion que su sexo ejercitaba sobre el mio.
No permanecimos asi mas que unos pocos momentos pues no deseaba causarle incomodidad alguna, simplemente segui con mis estocadas hasta que ya note que no podia resistir mas.

Tampoco deseaba hacerlo, asi que tome posesion de sus labios una vez mas y mientras aquel largo beso duraba, mi semen se derramo dentro de ella.
-Espero que os gustara, mi dama.... -susurre a su oido, acariciando simultaneamente sus largos cabellos.

Su ultimo beso abrió las puertas al eden...una ultima estocada mientras sus labios aprisionaban los míos al tiempo que su simiente regaba el interior de mi ser...una compenetración perfecta, algo que muy pocas veces se podía llegar a experimentar en total plenitud....

-Espero que os gustara, mi dama.... -

-Ha sido sencillamente perfecto, no podía esperar más de ti mi amado shaka....
susurro suavemente las palabras dejandolas caer despacio en su oido mientras el acariciaba sus rojizos cabellos y ella se recostaba en su pecho buscando ambos aquitar su respiración....

Sonrei complacido al escuchar aquel bello cumplido. Bueno, a todos nos gusta que nos masajeen el ego de vez en cuando, o no? y por muy avatar de Buda que sea, no dejo de ser un hombre mortal con todo lo que ello acarrea.
No obstante, mis momentos favoritos no eran tanto los de la mas frenetica actividad, sino uno como el de ahora: la calma que llega despues de la tempestad.

Su cuerpo recargado sobre el mio me proporciona un agradabilisimo y dulce calor. Mis ojos vuelven a cerrarse y no es porque este aburrido o tenga sueno, sino simplemente porque esta agradable sensacion es mucho mas intensa asi, puedo sentir su cosmos mucho mejor, el cual es mas hermoso que su aspecto fisico.

Tome su mano delicadamente y me la lleve a los labios.